La Habana.- Hoy cuando es referencia a nivel internacional por sus notorios resultados el sistema de Educación Superior de Cuba padece hoy limitaciones para desplegar todas sus potencialidades de desarrollo a causa del bloqueo de Estados Unidos.
Como todos los sectores de la sociedad cubana, los estudios superiores no escapan de los obstáculos relacionados con el cerco económico, comercial y financiero que por casi 60 años afecta a la Isla y ha generado un costo en daños valorados en 933 mil 678 millones de dólares, según un informe preliminar de la Cancillería.
El ministro del sector, José Ramón Saborido, afirmó a Prensa Latina que esa política impacta negativamente en el aseguramiento de las instituciones pertenecientes al sistema- 22 universidades y tres centros de investigación-, en sus procesos docentes, en la estabilidad del equipamiento y los insumos.
En la educación superior cubana 🇨🇺, la aplicación del bloqueo ha generado disímiles obstáculos para acceder a la tecnología y el equipamiento necesarios para la docencia e investigación científica #NoMásBloqueo #UnblockCuba pic.twitter.com/7XFyJ89lxs
— Cuba Vs Bloqueo (@cubavsbloqueo) 26 de marzo de 2018
Producto del bloqueo también se encarecen extraordinariamente las reparaciones, y resultan afectados la movilidad académica y el intercambio con instituciones de otros países, las cuales son actividades imprescindibles en ese nivel de enseñanza, denunció el funcionario.
Condenó, además, que el cerco estadounidense limita el acceso a la bibliografía de primer nivel y a las bases de datos.
«Ningún sistema de la educación superior hoy en el mundo puede vivir aislado; necesita una interacción porque el conocimiento va más allá del país y de sus instituciones» aseguró.
Saborido puntualizó que el bloqueo responde, junto a la promoción de programas de subversión contra la mayor de las Antillas, a una ideología y política claras del ejecutivo de Estados Unidos para derrocar a la Revolución cubana.
En el informe preliminar que Cuba presentará en fecha próxima en la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, las autoridades de la Isla confirmaron los perjuicios que ha provocado esa política a la educación, uno de los sectores prioritarios de la nación caribeña.
Apuntan que para sostener esta obra de la Revolución, el gobierno cubano, además de asignar cuantiosos recursos, paga tarifas encarecidas por concepto de flete para la transportación de los productos que se deben adquirir en mercados lejanos.
Lo anterior se debe a la prohibición a Cuba para acceder a los mercados en el país norteño.
Padece, asimismo, limitaciones para la información científica, así como la falta o insuficiencia de medios y recursos para la docencia y la investigación debido a sus costos más elevados en otros mercados, según refiere el informe divulgado por el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores.
Estos obstáculos se recrudecieron en 2017 con la asunción de Donald Trump a la presidencia de EE.UU, pues el nuevo mandatario firmó un memorando para hacer más férrea esa política, calificada de acto de genocidio según la Convención de la ONU para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948.
Específicamente en el sistema de Educación Superior, el gobierno cubano constató que de abril de 2017 a marzo de 2018, se produjo una reducción en el intercambio académico entre universidades de la nación caribeña y las vinculadas con Estados Unidos, incluidas las de Puerto Rico.
Como ejemplos mencionó que la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana recibió las solicitudes de cerca de 12 estadounidenses y o puertorriqueños para realizar estudios de postgrado en Cuba, quienes, por el bloqueo, no pudieron cursar esas pasantías.
De igual modo, se le negó al Instituto de Farmacia y Alimentos la posibilidad de renovar licencias para el desarrollo de programas docentes e investigativos.
Tampoco se han podido concretar intercambios y colaboraciones entre centros de altos estudios cubanos y dos de Estados Unidos y uno de Puerto Rico derivados del IV Encuentro de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias y del 1er Taller Estudiantil de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias en La Habana, que se celebraron en La Habana el año pasado.
Este 2018, cuando se cumplirán 70 años de la firma de la Convención de la ONU para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, Cuba exigirá por vigésimoséptima ocasión consecutiva ante la Organización de Naciones Unidas el cese de lo que especialistas consideran un acto de guerra económica por parte de Estados Unidos hacia la mayor de las Antillas.
En las 26 ocasiones anteriores la comunidad internacional ha sido enfática en su rechazo al cerco económico, comercial y financiero de Washington contra los cubanos; sin embargo la Casa Blanca permanece con los oídos clausurados ante ese reclamo. (Livia Rodríguez Delis /PL)
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