América trajo al mundo a dos de sus más grandes hijos el 14 de junio. Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna. Hombres que comparten la admiración de millones de personas del mundo por su pensamiento político de avanzada, su honestidad y valor a toda prueba.
El cubano nació en la tierra de Santiago de Cuba en 1845 y de sus padres Mariana y Marcos heredó el espíritu indómito y el inclaudicable empeño de libertar a la Patria del yugo colonial español.
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El argentino vio la luz en la ciudad de Rosario en 1928 y desde muy pequeño aprendió con Celia y Ernesto a odiar cualquier tipo de injusticia y a defender los derechos de los desposeídos de la Tierra.
Maceo fue una de las figuras más importantes de las largas Guerra de Independencia contra España y en ellas ganó a fuerza de coraje e inteligencia los grados de Mayor General del Ejército Libertador.
Mulato y de origen humilde, sus múltiples hazañas le valieron el apelativo de «Titán de Bronce» y su intransigencia ante la propuesta de una paz sin independencia en la Protesta de Baraguá, materializó la decisión del pueblo cubano de continuar la lucha hasta la liberación definitiva.
Cada #14deJunio se recuerda en #Cuba el natalicio de dos héroes, Antonio Maceo Grajales y Ernesto Che Guevara: paradigmas de la historia cubana @CubaMINREX pic.twitter.com/DAtznfspG9
— Rogelio Sierra Díaz (@RogelioSierraD) 13 de junio de 2018
Maceo es considerado actualmente uno de los pensadores políticos más importantes del siglo XIX cubano y sus dotes de estratega militar lo convirtieron en el enemigo más temido por los españoles. El enemigo nunca logró doblegarlo y cayó en combate el 7 de diciembre de 1896.
Ernesto, nacido en una familia de ciertos recursos e ideología socialista, dio rienda suelta a su espíritu aventurero en su viaje por América. La pobreza que azolaba sus pueblos marcó su decisión de dedicar su vida a cambiar el mundo. Por ello, su encuentro con Fidel en México marcó su destino.
Llegó a Cuba en la expedición del Yate Granma y tras el bautizo de fuego de Alegría de Pío, comenzó a destacar en la lucha guerrillera de la Sierra Maestra hasta ganar el respeto del Líder de la Revolución y los grados de comandante.
Ya bautizado para siempre por el cariño de los cubanos con el apelativo de «Ché» tuvo el orgullo de reeditar la hazaña de Maceo al mando de la Columna Invasora No. 8 Ciro Redondo, de llevar la lucha guerrillera del Oriente al Occidente del país.
El triunfo de enero de 1959, sacaría a la luz otras facetas de Guevara, quien asumió con el mismo ardor importantes responsabilidades como dirigente político y administrativo que marcaron el derrotero de la estrenada Revolución.
Pero para el Ché, la liberación de Cuba era solo la primera etapa de su inmenso proyecto y nada ni nadie pudo impedir que partiera a seguir luchado por la emancipación de otros pueblos.
Así nacería la leyenda del Guerrillero Heroico, tras su muerte física, el 8 de octubre de 1967 en Bolivia, inspiradora de todos aquellos personas que sueñan con mundo más justo.
El destino escogido por Maceo y Che, cada uno en su época, de entregarse a la causa independentista de Cuba y luchar contra todas las formas de opresión los une en la historia y en la coincidencia de compartir onomástico.
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