Once meses estuvieron los ingleses en La Habana tras la toma de la ciudad, hecho que convocó a los criollos a defender su tierra natal y devino uno de los acontecimientos más importantes de la historia de Cuba pues marcó pautas para la conformación de lo que más tarde se reconocería como la identidad cubana.
Cuba, como llave del Mar Caribe y por su proximidad a sus colonias en América del Norte, era una posesión muy codiciada por el gobierno inglés.
La villa de San Cristóbal a pesar de tener uno de los puertos más importantes de España en América tenía fortificaciones pequeñas, débiles y mal guarnecidas con excepción del castillo del Morro.
El 6 de junio de 1762, 14 buques de guerra de la fuerza naval española estaban anclados en el puerto habanero. Y aunque estaban preparados para repeler el ataque, la aparición de la escuadra naval inglesa, dejó a las autoridades de la Isla estupefactas, pues no los esperaban por el norte.
La ruta naval habitual recorría enteramente la costa sur y doblaba por el cabo de San Antonio. No obstante, los ingleses prefirieron el riesgo de atravesar el cayerío y llevar la inmensa flota a través del Canal Viejo de Bahamas, acción con la que lograron la ventaja de la sorpresa.
Por primera vez, los criollos se levantaron en pie de guerra para luchar lado a lado con los hispanos y evitar la ocupación. A pesar de los errores tácticos de los hispanos, los invasores tardarían dos angustiosos meses antes de lograr la rendición del Morro.
El 14 de agosto, el ejército invasor entró en la ciudad. No obstante, la población habanera, aún no se daba por vencida y previendo ios horrores de la ocupación, se movilizaron en guerrillas y armados de armas blancas salieron a las calles.
Entre los episodios heroicos de aquellos días, destacan los defensores de Guanabacoa, donde el regidor de la villa, José Antonio Gómez, Pepe Antonio, se convirtió en leyenda cuando al frente de un puñado de sus vecinos y machete en mano dio dura batalla a los asaltantes.
La dominación inglesa no fue bien recibida por los habaneros, pues durante ese período subieron los impuestos, se recrudeció la esclavitud y se resquebrajó la moral. Incluso de este tiempo provienen refranes como «trabajar para el inglés» cuando alguien hace algo que no trae provecho propio.
La ocupación inglesa quedó reducida solo a La Habana y se extendió hasta el 6 de julio de 1763, cuando en virtud del Tratado de París la villa de San Cristóbal volvió a ser española, más las cosas nunca serían iguales.
Y es que desde entonces, los nacidos en la Mayor de Las Antillas comenzaron a considerarse cubanos, y reconocieron que sus intereses diferían de los de sus ancestros provenientes de la península ibérica.
Pepe Antonio, el defensor de La Habana contra los ingleses devino símbolo de la lucha contra la dominación extranjera y su uso del machete como arma defensiva fue validado años más tarde por los mambises en las largas guerras por lograr la independencia de Cuba del imperio español.
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