Las Tunas.- Mayo se presentó con sus lluvias y aunque muchos aquí apuestan por la tradición de consumir sus aguas para evitar enfermedades diarreicas agudas, el problema de salud ya está entre la población y las constantes precipitaciones imponen la necesidad de adoptar mayores medidas de protección del agua de consumo.
Meriades Díaz, responsable del Programa de Enfermedades Hídricas en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Las Tunas, resaltó que en el territorio se utilizan 206 fuentes para el abasto de agua a la población, entre superficiales y subterráneas.
Aunque se mantiene una vigilancia constante a la potabilidad, con muestreos en fuentes de abasto y puntos claves de la red de distribución, el especialista advirtió sobre la importancia de purificar el líquido cuando llega a casa, la escuela o el centro de trabajo.
Los días de lluvia complejizan la calidad del agua que se recibe, por tanto hay que extremar medidas de seguridad sanitaria, dijo.
El escurrimiento superficial, que arrastra todo lo que encuentra a su paso, así como los desechos de la crianza de animales de corral, pueden acarrear la contaminación de las aguas, tanto superficiales como subterráneas, precisó el también especialista en Higiene y Epidemiología.
En Las Tunas son 200 las fuentes de abasto subterráneas y el agua de pozo se vislumbra como la más peligrosa.
Hay que analizar si el pozo reúne las condiciones para agua de consumo humano y se recomienda la desinfección con hipoclorito de sodio al uno por ciento, disponible en farmacias locales, enfatizó el profesional.
Los estudios realizados a varios pozos de la provincia arrojaron como resultado fuera de norma, por lo cual los especialistas orientan a la población el consumo de agua de fuentes seguras, mientras sugieren el análisis en los laboratorios especializados con que cuenta Las Tunas de esas aguas subterráneas.
Acerca de los filtros de agua, Meriades Díaz insistió que son ideales para eliminar impurezas, pero no purifican el agua, por tanto, recomendó hervirla y tratar el recurso con tres o cuatro gotas de hipoclorito de sodio al uno por ciento por cada litro.
Díaz destacó que existen zonas más vulnerables a la contaminación como las márgenes de ríos y cañadas, además de lugares periféricos, que por lo general son bajos.
¿Cuáles son los principales peligros a los que quedan expuestos los pobladores de Las Tunas en estos momentos?
«Si no se consume agua segura pueden aparecer enfermedades de transmisión hídrica, los brotes, como decimos, que pueden ser por alimentos y agua no segura. Está controlado en estos momentos, pero también puede aparecer el cólera.
«Las enfermedades diarreicas y parasitarias son muy frecuentes por esta época del año, por tanto alertamos acerca de la trascendencia de consumir agua segura. Nosotros vigilamos los casos que se presentan y hacemos estudios para detectar a tiempo cualquier evento de cólera».
¿Qué cree el especialista, hay que tomar la antológica agua de mayo para evitar diarreas?
«Esa es una tradición que arraigamos desde nuestros ancestros, y muchos la practican, pero científicamente no está comprobada su efectividad, por tanto lo mejor es tomar agua segura y asumir medidas preventivas».
Mayo es solo el comienzo del período húmedo del año hidrológico que se extenderá hasta octubre. Cada día, sobre todo en las tardes, los fuertes aguaceros sorprenden a los pobladores de esta oriental provincia cubana y aunque la lluvia es bienvenida en un territorio afectado históricamente por la sequía, en asuntos hídricos son tiempos de precaver.
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