Ginebra.- La promoción y protección de los derechos humanos constituye una prioridad y compromiso para Cuba en sus planes de desarrollo, dirigidos a impulsar una sociedad cada vez más justa y propicia para la realización plena del ser humano.
Así quedó evidenciado la víspera durante la presentación del informe nacional al tercer ciclo del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, que tuvo lugar en el Palacio de las Naciones de Ginebra, ante un numeroso público presente en la sala.
El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, expuso en detalles la amplia labor realizada por el Estado, el gobierno y la sociedad civil en aras de garantizar el pleno disfrute de los derechos, con énfasis en los avances logrados en el último lustro.
De acuerdo con el titular, la Revolución «continúa empeñada en elevar cada vez más la calidad de vida, el bienestar y la justicia social para todo nuestro pueblo, materializando todos los derechos humanos».
Ello forma parte, aseveró, de la voluntad de perfeccionar el modelo de desarrollo para «construir una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible, por medio del fortalecimiento de la institucionalidad de nuestro sistema político, de carácter genuinamente participativo, con pleno apoyo popular».
El informe presentado abarca los logros y los numerosos ámbitos en los que se trabaja en la actualidad, en un contexto de actualización del modelo social y económico de la isla.
En este sentido, sobresale el vasto marco jurídico e institucional vigente en el país caribeño, con nuevas disposiciones como el reciente Código de Trabajo dirigido a reforzar los derechos en el ámbito laboral, en cuestiones como la no discriminación, la libertad sindical y los derechos a la sindicación y a la negociación colectiva.
Asimismo, se aprobó un nuevo decreto ley que amplía y establece nuevos derechos para la madre, el padre, para la familia en general, con vistas a reforzar la protección de la maternidad y el cuidado de los hijos.
El texto hace referencia a las numerosas acciones desplegadas para garantizar, por ejemplo, el derecho a la vida; el derecho a participar en la conducción de los asuntos políticos, libertades de opinión y expresión; el acceso a la información mediante las nuevas tecnologías; y la protección del derecho a la igualdad y la no discriminación.
A ello se añaden los derechos de grupos sociales específicos como las mujeres, los niños, los adultos mayores y los discapacitados; el derecho a la salud, a la educación, a la cultura, al trabajo, a la seguridad y la asistencia social, a la alimentación y a una vivienda adecuada.
Otro punto abordado se refiere a la solidaridad internacional y la cooperación desarrollada con numerosos países en ámbitos como la salud, la educación y la formación de recursos humanos.
En este aspecto sobresale la participación de Cuba y otros países con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para enfrentar la letal epidemia del Ébola en naciones africanas, por lo cual la brigada Henry Reeve fue merecedora del Premio de Salud Pública en memoria del doctor Lee Jong-wook, otorgado por la OMS.
Justamente la colaboración internacional en sectores como la salud y la educación fue uno de los temas más elogiados por parte de las decenas de naciones que intervinieron durante ejercicio.
De hecho, la presentación de Cuba generó altas expectativas pues representantes de 143 países hicieron uso de la palabra para realizar más de 300 recomendaciones, un número récord de intervenciones en la historia de los EPU.
El ministro cubano señaló que pese a los amplios avances logrados en materia de derechos humanos, persisten insatisfacciones y se realizan grandes esfuerzos para resolver las dificultades.
Rodríguez detalló las prioridades de cara al futuro, entre las que sobresalen continuar avanzando en la actualización del modelo de desarrollo económico y social; y el fortalecimiento del marco jurídico-institucional de promoción y protección de los derechos humanos.
También mencionó el perfeccionamiento del sistema político y del modelo cubano de democracia socialista; y la defensa de los valores y de la unidad e independencia nacional.
«Con estos objetivos, emprenderemos próximamente un proceso de reforma de nuestra Constitución, que se caracterizará seguramente por una amplia participación popular», auguró. (Luisa María González/PL)
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