Brasilia.- Después del ataque con armas de fuego sufrido este martes, la caravana Lula por Brasil cerrará hoy su cuarta etapa en Boca Maldita, Curitiba, en un clima que debe estar contorneado por la tensión.
Más allá del atentado perpetrado ayer y denunciado por el presidente del Partido de los Trabajadores (PT) en el estado de Paraná, Doutor Rosinha, como «una tentativa clara de homicidio» contra el exdignatario Luiz Inácio Lula da Silva, otros elementos apuntan hacia el enrarecimiento de la atmósfera en la capital paranaense.
Coincidiendo con el cierre de la caravana, el diputado federal y precandidato presidencial Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal), ligado a los grupos de extrema derecha que asediaron durante todo el recorrido a Lula y su comitiva, anunció desde la semana pasada que viajaría a Curitiba este miércoles.
Bolsonaro, integrante de la llamada bancada de la bala en la Cámara baja, tiene previsto llegar a las 11:30 (hora local) al aeropuerto Afonso Pena y de ahí sus seguidores planean organizar una caravana de autos para acompañarlo durante las pocas horas que permanecerá en la ciudad.
Por su parte, y según el portal Bocamaldita.com, también el grupo de extrema derecha Movimiento Brasil Libre (MBL) programó una provocadora manifestación que debe salir del Parque Barigui y llegar hasta la plaza 19 de Diciembre, cercana al lugar donde se realizará el acto de apoyo a Lula y casi a la misma hora.
Según se conoció anoche a través de los medios alternativos, representantes del Colectivo Abogadas y Abogados por la Democracia (CAAD) entregarán hoy al Ministerio Público (MP) denuncias sobre los ataques practicados contra la caravana de Lula en su travesía por la región sur del país.
La CAAD está elaborando también una acusación por la manifiesta negligencia policial en relación a esas agresiones en Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, la cual será presentada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En una nota difundida poco después de los ataques ocurridos en la tarde-noche de ayer entre las localidades de Quedas do Iguasu y Laranjeiras do Sul, la presidenta nacional del PT, Gleisi Hoffmann, alertó que los mismos «son un alerta contra la violencia política, de cuño claramente fascista, que amenaza la democracia en nuestro país».
No se trata de manifestaciones políticas, garantizadas por la Constitución, señaló antes de remarcar que los bandos armados que atacaron los ómnibus de la caravana y al público que recibió a Lula no quieren manifestar nada más que el odio que sienten por quien piensa diferente de ellos.
Quieren callar e impedir por la fuerza al adversario político y el nombre de eso es fascismo, enfatizó.
La cuarta etapa del proyecto Lula por Brasil, una iniciativa del PT y la Fundación Perseu Abramo, comenzó el pasado 19 de marzo en Río Grande do Sul y desde el primer día fue víctima de «actos fascistas de la derecha agraria», según denunció oportunamente la bancada petista en la Cámara de Diputados. (Prensa Latina)
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