Las Tunas.- Lograr una detección temprana del cáncer en la población infanto juvenil y desde los niveles de atención primaria del Sistema de Salud Pública, hacer labores de educación para la salud, sobre todo en pacientes y familias sanas, dominar mejores técnicas para el diagnóstico y tratamiento de los tipos de cáncer que hoy afectan a estas primeras edades de la vida, fue el objetivo fundamental de un encuentro de oncólogos, pediatras y otros especialistas realizado en Las Tunas.
Profesionales del Programa de Atención y Tratamiento al Cáncer del Grupo Territorial Camagüey, Ciego de Ávila y Las Tunas socializaron nuevas experiencias y prácticas para atender una enfermedad oncológica que en la edad pediátrica es una urgencia y cuyos síntomas se asemejan a patología comunes, mientras en esta oriental provincia cubana se reportó al cierre de 2017 como la primera causa de muerte.
Leucemias, linfomas y tumores del Sistema Nervioso, fundamentalmente de encéfalo, son los cánceres más frecuentes en la población infantojuvenil de Las Tunas, incidencia con un comportamiento similar al resto del país.
Hoy en Las Tunas 82 pacientes en edades pediátricas viven con cáncer, en lo que va de este 2018 ya se detectaron tres nuevos casos, e igual cifra falleció el año pasado.
Juan Carlos Arranz Pozo, el Coordinador Territorial de Oncología Pediátrica de Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas, destacó que las enfermedades oncológicas en la edad infantojuvenil constituyen un problema de salud en Cuba, y por el programa desarrollado en los nueve centros de referencia del país y la labor de la atención primaria, ha permitido que se alcance supervivencia general entre un 60 y 70 por ciento, aspirando a que estas cifras se incrementen.
«Por razones sociales e institucionales todavía los pacientes no llegan en el porcentaje deseado en estadios tempranos. Debemos lograr que un 70 u 80 por ciento llegue en estadio temprano. Esta es una enfermedad compleja y por eso desarrollamos los Talleres de Socialización que se hacen cada año en las tres provincias con el objetivo que estudiantes de medicina de pregrado y profesionales del postgrado de la atención primaria, los médicos de los hospitales secundarios, en un equipo integrado multidisciplinario trabajemos para dar salida al Programa Nacional de Oncología Pediátrica que debemos reducir alrededor de un dos por ciento la tasa anual de fallecidos por esta causa».
¿Cómo valora usted la salud de la oncología pediátrica en Las Tunas?
«Nosotros debemos destacar que el Hospital Provincial Pediátrico de Las Tunas y la atención primaria tiene un equipo de trabajo con una consulta especializada, y queremos destacar la atención de la Sala de Oncohematología y de la Terapia Intensiva Pediátrica de esta provincia, en la atención a pacientes nuevos y algunos ya crónicos que sobreviven gracias a la atención que ha brindado el territorio.
«Además de la asistencia social a estos pacientes; por ejemplo, tenemos una paciente de un linfoma cutáneo que cuenta en su casa con su aire acondicionado y la atención directa tanto en el Centro de Las Tunas, como en Camagüey, y el Instituto Nacional de Oncología Pediátrica».
¿Cómo aprecia la oncología hoy en Cuba?
«Es una especialidad de estos momentos, porque el cáncer es una enfermedad de estos momentos. El desarrollo de la medicina ha llevado que la inmunoterapia se comience a aplicar continuando a la cirugía, la quimioterapia, y la radioterapia.
«En estos momentos Cuba, país subdesarrollado, avanza en tecnología de punta para estos tratamientos y sobre todo la inmunoterapia en tumores tan sensibles como los del Sistema Nervioso Central, linfomas, neuroblastomas, el nefroblactoma y los sarcomas de Wilms.
La perspectiva tunera
Ángel Franco Yee, especialista de primer grado en oncología, con treinta años de experiencia en esta área de la salud en Las Tunas, explicó que las enfermedades crónicas no transmisibles en Cuba se desplazan a los primeros lugares, solo superado en mortalidad por los accidentes, y en morbilidad la incidencia del cáncer en el niño ha aumentado.
«Tenemos una preocupación y fue de lo que hablamos en el Taller y es la necesidad de una sensibilización y tomar sentido de pertenencia en diagnosticar el cáncer inicialmente, no cuando llegue el paciente con muchos síntomas y un estado general bastante deteriorado, si no como una sospecha clínica, que es de capital importancia para lograrlo el médico de la familia y el pediatra del área».
¿Usted cree que la población infantojuvenil está más enferma?
«No creo que esté más enferma sino que hubo una depresión en la natalidad y ahora estamos subiéndola y la población infantojuvenil es mucho mayor. Además, se extendió la edad pediátrica hasta los 18 años; causas que dan sentido de incremento.
«También están los factores de riesgo; primero, los cuidados higienodietéticos, porque nuestra población no tiene un nivel de conciencia de lo importante de una higiene y dieta adecuadas, y piensan que comer mucha carne es señal de estar bien nutridos, y se consumen muchos alimentos con preservantes, jamones fundamentalmente; por otro lado está la conservación de los alimentos, que a pesar de existir la refrigeración, muchas personas no los conservan adecuadamente».
¿Qué han hecho ustedes como profesionales de la oncología para lograr un tratamiento eficaz a estos pacientes?
«Primero crear la consulta semanal para acortar el tiempo entre la sospecha, el diagnóstico y la remisión al Centro de Referencia de Camagüey, que tratamos siempre que no sea mayor de una semana, y allí se instaurará la terapéutica definitiva de acuerdo con el estadio de la enfermedad, sus características y el patrón histológico».
¿Cree que Las Tunas esté preparada para elevar la calidad de la atención y lograr aquí el tratamiento al paciente en edad pediátrica y con cáncer?
«Por ahora lo más perentorio es hacer un diagnóstico lo más precoz posible y formar el recurso humano necesario para esta actividad.
«En cuanto al tratamiento se establecieron los Centros de Referencia Regionales para lograr una mayor uniformidad y equipos multidisciplinarios por el volumen de pacientes, donde se logra mayor especialización y cúmulo de actividades y actitudes para el desempeño».
¿Qué sugiere a la familia?
«A la familia, sobre todo a la madre, que el 90 por ciento de los niños los atiende la madre, buscar cualquier anomalía; si el niño se siente cansado; si refiere dolor; si tiene un trastorno visual o un ojo le aumenta de volumen; se desmaya; cualquier síntoma que le llame la atención llevarlo con el médico de familia e interconsultarlo con el pediatra del área; esto puede hacer que se acorte el período de diagnóstico y sea mucho más precoz.
«Se diagnostique una enfermedad localizada, más fácil de tratar, con menos secuelas, más posibilidades de curación y por consiguiente más económica».
Franco Yee enfatizó en la importancia de insistir en la educación para la salud, una forma de educación ciudadana, que previene enfermedades y más en la edad infantojuvenil donde se crean los hábitos y costumbres para el resto de la vida. En esta edad sembraremos lo que lograremos en el futuro, recalcó el oncólogo.
El cáncer es la primera causa de muerte en la población local y ante el impacto de esta enfermedad crónica los especialistas en oncopediatría y de otras áreas de la medicina socializaron experiencias, conceptos esenciales para una detección precoz, sobre todo desde la atención primaria, así como expusieron nuevas formas de tratar la situación de salud de la que también se aseguró se puede sobrevivir.
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