Las Tunas.- Al cierre del primer mes del 2018 la provincia de Las Tunas reporta un alza de atenciones médicas por enfermedades diarreicas agudas (EDA) frente a igual etapa del año anterior, y crece en más 59 casos, una situación que desde septiembre-octubre comenzó a mostrar ascenso.
Yailín Nápoles Novella, la responsable del Programa de Enfermedades de Transmisión Digestiva en la el territorio, dialogó con Tiempo21 y dijo que tras el paso del huracán Irma, en octubre último, han tenido mayor impacto en la población local las enfermedades diarreicas.
Comenzamos el mes de enero con una alta morbilidad y este ha sido un período atípico por lluvias continuas y esas condiciones meteorológicas de humedad, inundaciones, aparejado a la difícil situación higiénico-sanitaria de Las Tunas, contribuyen a la contaminación de las aguas y la aparición de las llamadas EDA, precisó Nápoles Novella.
Enfatizó que Las Tunas tiene dificultades con las redes hidrosanitarias, que han sido restauradas en algunos lugares, pero aún es insuficiente; además está afectado el territorio por muchos vertimientos a las calles de agua residual, potable, fosas vertiendo, que pueden afectar el agua de consumo.
¿Cuáles son los territorios más afectados en Las Tunas por las enfermedades de transmisión digestiva?
«Los municipios de Puerto Padre, Las Tunas, y dentro de este último las áreas de salud más afectadas son las de los policlínicos Guillermo Tejas, Gustavo Aldereguía y Alberto Arcos Luque en la comunidad de Bartle, mientras muestran también alta morbilidad por las EDA en Jesús Menéndez, Majibacoa y Colombia.
¿En qué edades han notado el mayor incremento de atenciones médicas por las llamadas EDA?
«Tenemos alta morbilidad en edades pediátricas; niños menores de un año, y de uno a cuatro, son más propensos a estas enfermedades».
¿Tiene Las Tunas casos de cólera?
#CUBA Llaman a extremar higiene ante brote de enfermedades diarreicas… https://t.co/4uN07vlNXs
— Radio Sagua (@radiosagua) 22 de junio de 2016
«No, nosotros desde el año 2016 no presentamos eventos de cólera en la provincia, aunque mantenemos una estricta vigilancia, sobre todo en zonas propensas a la aparición del vibrión colérico. Hasta ahora lo que llama la atención es el alza de atenciones médicas por diarreas».
¿Cómo enfrentar las situaciones climatológicas recientes que afectan el agua de consumo?, ¿Cómo cuidar el agua y la salud en un panorama hidrosanitario tan complicado?
«Lo importante es extremar las medidas de seguridad para evitar las EDA; hablamos de agua, pero también el riesgo está en los alimentos. La exhortación es a extremar las medidas; comprar alimentos con calidad, que se vean limpios, calientes, con buen olor y sabor.
¿Qué usted sugiere, el agua se hierve, se clora, se filtra?
«Lo importante del agua es clorarla; lo que elimina bacterias es el tratamiento con productos químicos como el hipoclorito de sodio. Las personas la filtran pero este proceso solo elimina las partículas y otras impurezas del líquido, pero no las bacterias».
¿Qué hacer con el agua de pozo?
«El agua de pozo lo importante es clorarla, no hervirla porque concentra los minerales y las sales que pueden ser muy agresivos al riñón».
¿Cómo se reporta la incidencia del parasitismo en la población tunera, en particular, en los niños?
«Hay que extremar medidas, sobre todo en los niños que van a círculos infantiles, seminternados o son cuidados en hogares del sector no estatal, ante el parasitismo intestinal y la giardia y ameba, parásitos que afectan históricamente a estas poblaciones.
¿Al cierre de 2017 vieron esa realidad?
«Hubo una disminución de parasitosis comparado con años anteriores, pero la ameba sí estuvo».
Las Tunas tiene varios laboratorios que vigilan la calidad del agua dirigida a la población y las producciones y servicios; aunque en las plantas potabilizadoras de la provincia el líquido vive cerca de 10 procesos de purificación, y se monitorea y garantiza la seguridad de esta en los puntos de abastecimiento de pipas que la llevan a comunidades afectadas por la sequía, al transitar por la redes, envases inadecuados o dentro del propio hogar, los riesgos vuelven a aparecer y junto a ellos la probabilidad de padecer una enfermedad digestiva, más cuando llueve continuamente como en este mes de enero que acaba de finalizar.
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