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Memorias de una Serie histórica: Experiencias que quedan (III y final)

Memorias de una Serie histórica: Experiencias que quedan (III y final)Las Tunas-. Cinco días y parece que fue ayer que los Leñadores lucharon en un séptimo partido la final de la Serie Nacional de Béisbol en nuestro terruño.

El planeta parece girar lento porque en las calles se continúa hablando de su deporte nacional con el mismo furor que segundos después del último out, ese que estableció para Los Leñadores el segundo puesto en la tabla de posiciones.

Y a pesar de que los comentarios continúen dotados de chispas, la población tiene la cabeza un poco más fría y ya se escucha decir: «eso le servirá de experiencia».

Más allá de considerar que esa frase esté circunscrita a la actuación de un jugador en específico, para todos los verde y rojo esta temporada trajo un gran número de enseñanzas.


Los que llevan más años portando un hacha opinan que la unidad lograda en el equipo radica entre las sensaciones más hermosa que vivieron.

«Nunca antes tuvimos un equipo tan cohesionado», expresó el tercera base Yordanis Alarcón. «La unidad que hemos mantenido desde el primer momento será algo que lleve conmigo y pienso transmitirlo en series venideras».

El designado de los dos mil hit y el veterano más entregado, Dánel Castro Muñagorri, agrega al respecto: «antes teníamos buenos bateadores pero no existía una compenetración entre nosotros. El lograr fusionarnos como familia será un recuerdo que me voy a llevar, porque llegamos hasta el final todo el mundo unido».

La discusión de un campeonato sin dejar tregua a la bandera blanca constituye una idea fija en el pensamiento de los liderados por Pablo Civil. 

«Creo que en mis años dentro del plantel nunca había visto a mis compañeros luchar con la valentía y calidad de este año. Estábamos positivos todo el tiempo y es algo que no solía suceder antes», expresó muy cordialmente Andrés Quiala.

«Yo recuerdo experiencias positivas desde el primer juego -dijo Yuniesky Larduet-, cuando el director nos dijo que todo lo que sucediera era responsabilidad de nosotros. Eso nos hizo grandes al tener que medir las acciones y sacar fuerzas de dónde no teníamos en un momento determinado. Nos puso en una pendiente y nosotros íbamos a ser nuestros propios salvadores».


El estelar derecho Yoalquis Cruz refirió: «Yo me llevo una experiencia muy linda, porque he visto cómo mis compañeros lo han dado todo. Destacar a los refuerzos, nunca Las Tunas había apadrinado a ningún jugador, y apreciar el compromiso con el que salían a la batalla será algo que contaré a mi familia, a mis hijos. A partir de este año con los Leñadores hay que contar».

Jorge Yhonson, quien tuvo una participación meritoria y digna de resaltar en la campaña, considera que todo trabajo, esfuerzo, disciplina, entrega y unidad son las cosas más grandes y más bonitas que han pasado. «El apoyo siempre al compañero que está al lado, como si fuéramos familia creo que fue lo más positivo en este año».

Los más jóvenes también llevan en su ser los mejores aprendizajes, conscientes de que en próximas campañas, cuando le falten los que llevan años de entrega a su camiseta, serán ellos quienes guien el equipo.

El receptor-inicialista, Rafael Viñales cree que «la experiencia de tener un equipo luchador, conocedor de sus capacidades  para ganar un campeonato, sino pudo ser en este será en otro año, es la mayor convicción que me llevo».


Y el extrovertido pero muy joven, Leonis Figueredo, una de las luces que merece brillar más en la serie venidera, confiesa a tiempo21 que es la primera vez que juega play off y que sin dudas marcará su vida deportiva.

«Aprendí a ser más paciente y, viendo a la ansiedad como enemiga, logré aportar al equipo las veces que me sacaron a jugar».

¡Y que decir de los agramontinos y hoguineros que cortaron leña con el mismo furor que los nacidos en el pequeño terruño! Ellos se hicieron parte de la novena con entrega admirable y se llevan de experiencia la humildad y valentía de sus colegas.


«Me llevo hacia la ciudad de los parques el deseo de ganar que tienen impregnado los muchachos, así como sus valores y sentimientos. Me quedo con el recuerdo de su gran corazón, son excelentes personas y tienen la sencillez y la humildad como banderas», sentenció Yunior Paumier, el muchacho de grandes fildeos y extrema modestia.

Por su parte el cañón agramontino, el grande e impulsivo Ayala, «el que no se cansa cuando el pueblo se cansa», al decir de José Martí cuando caracterizó la grandeza de los héroes, el de actuación entusiasta y carisma contagioso opinó que si Las Tunas pudo, Camagüey puede, y que de ese impulso hacia el triunfo intentará contagiar a los jóvenes de su tierra.

«Yo le voy a transmitir a todos los camagüeyanos que nunca se den por vencidos. Depositaré mi confianza en los muchachos nuevos, porque este equipo pudo y Camagüey puede. Sinceramente espero que el furor beisbolero se traslade hacia mi hermosa ciudad de las iglesias».


«Es la última de las vivencias positivas e inolvidables que guardaré en mi corazón, a pesar del inevitable paso de los años», concluyó el capitán del equipo Yosvani Alarcón Tardío.

La afición, que en la realización de su show demostró ser un público muy exigente, logró que los Leñadores se quedaran con el recuerdo fabuloso del apoyo durante la campaña, las consigna, los gritos, la sensación de ver a un estadio Mella tembloroso de júbilo y amor, de excitación y entrega.

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