Caracas.- El secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, emprende desde este 1 de febrero un recorrido por varios países de América Latina, con el claro propósito de arreciar el cerco político y diplomático contra Venezuela.
La gira del jefe de la diplomacia estadounidense lo llevará a visitar algunas naciones cuyas autoridades secundan a Washington en sus intentos por aislar al gobierno del presidente de Nicolás Maduro, en franca complicidad con la derecha venezolana y sectores oligarcas.
En tal sentido, Tillerson hará estancia en México, Argentina, Perú y Colombia, los cuales integran el denominado Grupo de Lima, punta de lanza a la hora de incentivar y organizar la escalada de ataques contra la República Bolivariana.
Pdte. @NicolasMaduro: Creo en los diálogos de paz en República Dominicana, solo con paz podemos recuperar nuestro país pic.twitter.com/AZNf65PW69
— Prensa Presidencial (@PresidencialVen) 31 de enero de 2018
El investigador del Centro Mundial de Estudios Humanistas, el argentino Javier Tolcachier, es enfático al señalar que el periplo de Rex Tillerson es peligroso para la paz en América Latina y el Caribe.
«Nada bueno augura esta gira para la región», precisa el analista en un artículo publicado en el portal alainet.org, al aseverar que se vislumbra como un nuevo capítulo de la opción intervencionista de la administración Trump hacia Venezuela.
Más aún, tras la convocatoria efectuada por la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela para efectuar comicios presidenciales antes del 30 de abril, paso que agarró descolocada a una oposición débil, acéfala y desunida.
Tolcachier recuerda que propósito similar tuvo el recorrido realizado por el vicepresidente Michael Pence en agosto de 2017 por Colombia, Argentina, Chile y Panamá, ocasión en la cual la mención de la «opción armada» para resolver el «problema venezolano» recibió el cerrado rechazo incluso por parte de los más estrechos aliados de Washington.
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Sin obviar otros intereses de Estados Unidos, sobre todo la necesidad de «marcar territorio» ante la creciente influencia económico-comercial de China en la región, la atención que Tillerson dedicará durante las conversaciones a Venezuela es explícita, asegura el experto.
«Por lo demás -señala el analista-, el viaje de Tillerson apunta a fortalecer la acción concertada del bloque de gobiernos de derecha, agrupados hoy en el Grupo de Lima, con el objeto de bloquear toda posibilidad de integración regional de carácter emancipador», del que Venezuela constituye uno de sus principales promotores.
Ya los estados integrantes de esa agrupación volvieron a seguirle el juego a Estados Unidos en su cruzada contra Caracas, cuando difundieron desde Santiago de Chile una declaración contra la convocatoria a los comicios presidenciales en Venezuela.
Según el comunicado, la decisión de adelantar las elecciones imposibilita la realización de un proceso democrático, transparente y creíble, conforme a estándares internacionales y contradice los principios democráticos y de buena fe para el diálogo entre el gobierno y la oposición.
Asimismo, el Grupo de Lima «exigió» un llamado a las urnas con «adecuada anticipación, con la participación de todos los actores políticos venezolanos y con todas las garantías que corresponda, incluida la participación de observadores internacionales independientes».
Queda claro entonces que las presiones internacionales dictadas desde Washington, y replicadas recientemente por otros actores como la Unión Europea, van dirigidas principalmente a boicotear un proceso eleccionario llamado a consolidar a la revolución bolivariana en el poder por los próximos seis años.
Estrategia que busca además minar el proceso de diálogo nacional entre la desacreditada oposición venezolana y el gobierno encabezado por Nicolás Maduro, el cual se desarrolla en República Dominicana a instancias de las autoridades de ese país y otros mediadores internacionales.
Al decir del analista español en temas geopolíticos y económicos Germán Gorraiz López, «Estados Unidos quiere evitar a toda costa que Maduro sea reelegido en las próximas elecciones presidenciales a celebrarse antes del 30 de abril».
Esto, ante la certeza de que el mandatario será electo para un nuevo período de mandato hasta 2025, dada la división y falta de liderazgo de la oposición, por lo que el gobierno de Trump procederá a la aplicación de nuevas medidas coercitivas contra la nación sudamericana, estima el experto.
La trama tejida desde Washington con el apoyo de la Unión Europea y el denominado Grupo de Lima busca convertir a Maduro en un paria internacional, asevera Gorraiz López, al tratar de aislar al gobierno liderado por el sucesor del comandante Hugo Chávez.
En ese contexto, administraciones de corte neoliberal como las imperantes en Argentina, México, Perú y Colombia han expresado ya sus intenciones de desconocer los resultados de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela.
Según el analista español, la gira de Rex Tillerson por varios países latinoamericanos bajo el manido argumento de «promover un hemisferio seguro y solicitar una mayor atención regional a la crisis en Venezuela», podría preparar el terreno para coordinar la implementación de nuevas sanciones contra ese país.
Sobre todo, con la mira puesta en la venidera Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA), prevista para abril próximo en Lima, Perú, donde el tema venezolano volverá a centrar los debates en un nuevo intento por estrechar el cerco sobre un país que apuesta por la democracia y el diálogo para dirimir sus diferencias internas. (William Urquijo Pascual, Prensa Latina)