Las Tunas.- El 8 de septiembre de 2008 los vientos furiosos y las lluvias intensas de Ike convirtieron a ese huracán en el más demoledor de los que habían azotado a la provincia de Las Tunas, donde afectó más del 45 por ciento del fondo habitacional.
A doce años de su paso destructor, en este territorio se han recuperado alrededor de 74 mil 600 viviendas, cifra insuficiente atendiendo a las necesidades de la población, sobre todo en los municipios de Manatí, Puerto Padre, Jesús Menéndez y Las Tunas, los más dañados por el fenómeno atmosférico.
Elizet Izquierdo Pino, subdirectora técnica del sistema de la vivienda en la provincia, dijo que a pesar de los esfuerzos aún quedan pendiente cinco mil 931 casas, entre derrumbes totales y parciales, de las más de ochenta mil 500 dañadas en el territorio.
La directiva explicó que la estrategia de la máxima dirección del país es destinar anualmente el mayor por ciento del plan estatal de construcción a la recuperación de los inmuebles destruidos totalmente por el huracán Ike.
Con esto se da respuesta al propósito de resolver este año 257 derrumbes totales y hasta la fecha se han solucionado 143, a pesar de las limitaciones materiales, especialmente de cemento y acero, significó.
En Las Tunas, este año está concebida la edificación de mil 694 casas, en diferentes polos constructivos, por las vías estatal, esfuerzo propio y el programa de subsidios, que benefician a familias de bajos ingresos económicos y las afectadas por fenómenos meteorológicos, especialmente Ike.
A doce años del paso del meteoro por esta geografía, la provincia mantiene el reto de solucionar las viviendas dañadas, para mejorar el fondo habitacional y hacer realidad el sueño de muchas familias de vivir una casa confortable.
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