Es un honor para mí hablar de Raulito Verdecie, un verdadero maestro de la luz y el movimiento.
Su habilidad para capturar la esencia de cada momento es simplemente incomparable. Con su lente, no solo graba imágenes, sino que cuenta historias, evoca emociones y nos transporta a mundos que de otro modo permanecerían invisibles. Cada encuadre es una obra de arte meticulosamente planeada, y cada movimiento de cámara es tan fluido y preciso que parece una danza.
