En medio del contexto que atraviesa el país, es importante brindar una atención especial a los diversos programas sociales que se han desarrollado, como lo es aquel que se dedica a la atención a las personas vulnerables, lo cual está establecido como programa de gobierno y sobre el cual el presidente cubano Miguel Díaz Canel ha insistido en ello en no pocas ocasiones.
Pero qué falta por hacer, dónde están los principales problemas y qué acciones se deben llevar a cabo para darles continuidad y preservar las conquistas sociales, si ese ha sido por años uno de los principales programas de la Revolución.
Cuba ha creado un grupo de prestaciones, de servicios, que están encaminados a ayudar a las familias que se encuentran en alguna situación de vulnerabilidad para que la superen, y ello incluye facilitarles el acceso al trabajo, y también la ayuda para incorporar a un niño al círculo infantil, o ayudar a alguno de sus miembros a superar el alcoholismo pero en Las Tunas eso no sea comportado del todo bien.
Sobre la atención a las personas deambulantes en el país existe una política para su atención y de acuerdo al actual contexto el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se propone mantenerlo actualizado, aunque en Las Tunas, por ejemplo, se perdió el centro que atendía a esa personas, por no poseer las condiciones adecuadas.
No obstante, en ocasiones cuando la población ve alguna de estas personas en la calle no sabe cómo proceder y de ahí la necesidad de revisar cuál es el sistema que para ello existe en estos momentos, para que verdaderamente funcione en todos los municipios de Las Tunas.
Hay necesidad de exigir, amparados en el Código de las Familias, para que los familiares de personas que tienen conducta deambulante les presten ayuda. Y laboran equipos multidisciplinarios encargados de atender y conocer cuáles son sus problemas y en la medida de las posibilidades ayudar a resolverlos.
En Las Tunas Existe un sistema de trabajo organizado, con un Grupo Provincial de Prevención, que coordina todo lo referente a la atención de estas personas y tomar las decisiones.
Ese grupo trata de localizar a un familiar, de no encontrarse a esa persona, o si no está en condiciones de recibirlo, se evalúan otras alternativas y cuando se es necesario se acude al Hospital Siquiátrico, que asume esa responsabilidad y los que tengan trastornos de esa índole son ingresados hasta que reciban el tratamiento necesario.
Aunque es bueno aclarar que no todos presentan trastornos, lo cual complejiza el trabajo de esa institución que, no obstante, pone el valor de un ser humano por encima de cualquier dificultad.
Ahora bien, algunas de esas personas que no presentan trastornos siquiátricos, tienen otra realidad, hay muchos que aunque deambulen, o estén sucios o mal vestidos, no son deficientes mentales, ni presentan síntomas de locura ni de sicosis, y sus trastornos más que sicológicos son de índole social, por lo que no tienen criterio para estar en una institución como esta, que tiene carácter atípico.
Antes de llegar al hospital psiquiátrico las personas que son detectadas con conducta deambulante pasan por el hospital general docente Ernesto Guevara, donde se les hace un examen completo de todas las especialidades. Si no presentan ninguna afectación siquiátrica, igual se ingresan, reciben todas las atenciones, y permanecen allí hasta encontrar una solución.
Se hacen muchas acciones en el país en ese sentido que la población no conoce, a la cual hay que actualizar mejor de todos los servicios que existen y a dónde acudir para recibirlos, siempre con la clara convicción de que en Cuba nadie queda desamparado ni abandonado a su suerte.
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