El mensaje de la música es importante para la formación de gustos y elementos identitarios de las personas. También tiene función recreativa e influye en la ideología, por lo que resulta decisiva para defender la cultura y la identidad de un país o región.
Y en Las Tunas ¿cómo se comporta la difusión de la música cubana y de la provincia más allá de los medios de comunicación, es decir, en los espacios públicos. ¿Se incumple la política musical establecida por el país?
En Cuba, hay que defenderse de la penetración foránea, fundamentalmente de Estados Unidos, y en el caso de Las Tunas en particular, es la defensa de la identidad musical de la provincia, en la que se asumen las costumbres y tradiciones, pero, sobre todo, las raíces de esa manifestación cultural del territorio.
Por eso, es preciso defender el talento local, que en nuestro caso es amplio y de calidad, y a partir de su difusión se defiende además la música cubana, de las mejores del mundo.
Cuba realiza muchos esfuerzos para preservar la calidad de la música y su difusión, pero aún es un problema de cumplir con lo que se establece.
Los gustos de los productores musicales se imponen a la hora de difundir la música. Y Las Tunas no es una excepción en este sentido, y se escucha demasiado reguetón y otros ritmos por encima de lo cubano, de lo tunero, en un problema viejo que no se acaba de resolver.
El reguetón cubano y la música cubana interpretada por extranjeros es una vía para justificar los porcentajes de difusión de la música, en los medios de comunicación masiva, por lo que es una vía utilizada por quienes difunden música en los medios e imponen el gusto por los ritmos foráneos.
Los músicos de Las Tunas no se escuchan lo suficiente por los medios de comunicación locales, lo que constituye una miopía de algunos productores musicales, o los directores de programa, que no se detienen a pensar que se quedan indefensos ante la identidad musical del patio, y hasta se sienten conformes porque difunden 15 o 20 números musicales de aquí en una semana que tiene cientos de horas de programación.
Por ello es preciso aumentar la difusión de los grupos, orquestas y solistas profesionales con que cuenta Las Tunas, pero sobre todo en los programas estelares, para lograr una verdadera identidad, porque de nada sirve difundir música en programas de poca audiencia.
Por otra parte los responsables de hacer cumplir la política musical de Cuba, que establece difundir la música en un 80 cubana y 20 por ciento extranjera, y no es una opción, es una obligación por política y todo el que difunde música en un lugar público debe cumplir con lo establecido.
Que a los jóvenes solo les gusta el reguetón es falso. Se hace necesario que en Las Tunas cambien los conceptos y se difunda más la música de la provincia a conciencia y con la mira puesta en la formación de gustos de los oyentes y de los públicos en general, porque esa es la defensa de nuestra identidad.
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