Las Tunas.- Con una trayectoria de trabajo reconocida en la provincia de Las Tunas, la psicóloga Yaditzi Cutiño González consolida el derecho internacional humanitario de la Cruz Roja, en Las Tunas, una organización integrada por un voluntariado de más de mil 700 personas de diferentes perfiles laborales.
Acompañada de poderosos símbolos que prometen protección a las personas que la necesitan vive sus jornadas diarias bajo el emblema de la Cruz Roja y con la máxima de proteger la vida en todos los ámbitos, que ponen a prueba la valía e importancia de su labor.
«Me gradué en el año 2013 de Psicología, a partir de ahí comienzo a trabajar en la escuela de capacitación de salud, pero pasados dos años y tras un proceso de disponibilidad laboral en el cual desaparece esa institución me incorporo como profesional a la Cruz Roja», comenta mientras toma aliento y prosigue en su diálogo a propósito de celebrarse este 8 de Mayo el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
«Precisamente uno de los frentes de trabajo que me ocupa es el apoyo psicológico a las poblaciones y las comunidades. También en situaciones de desastres ante accidentes masivos y al voluntariado propiamente como parte de la capacitación para sus intervenciones en situaciones excepcionales».
«Con estos últimos tengo además una mayor experiencia desde la autoayuda, dotándolos para que reconozcan en un momento determinado cuando deben retirarse de la escena, comprender la necesidad de sus horas de descanso y su proceso de reincorporación a la tarea», explica esta tunera que guarda importantes momentos de la labor con la amplia diversidad de personas que integran de manera voluntaria la organización.
«La Cruz Roja es muy hermosa sobre todo porque sientes, vives y compartes el altruismo de nuestro voluntariado en su quehacer diario, sobre todo cuando en la etapa de la COVID arriesgaron incluso sus vidas para ayudar a tantas personas en aislamiento.
«Ser voluntario de la Cruz Roja es dedicar horas de tu tiempo libre y de calidad que pudieras tener con tu familia para con otras personas necesitadas. Ellos entienden en primer lugar la responsabilidad como voluntarios para con las comunidades y las poblaciones vulnerables, eso los motiva a trabajar», refiere para denotar como máxima expresión de gratitud a quienes de forma desinteresada laboran junto a la organización bajo los más nobles valores de humanismo y solidaridad.
Enseñar los primeros auxilios e interesar a las nuevas generaciones por este quehacer son otras motivaciones de Yaditzi, «tenemos un frente de trabajo que es la Cruz Roja Juvenil y en la búsqueda de interesados vamos a secundarias básicas y preuniversitarios, activamos los círculos de interés para estimularlos y con el propósito de que escojan el frente de trabajo al cual les gustaría pertenecer.
«Los principales frentes de trabajo resultan restablecimiento y contacto familiar, derecho internacional humanitario, apoyo psicológico, comunicación, grupo de operaciones y socorro, educación comunitaria, acciones medioambientales e inclusión social, en este último existen municipios destacados como Jobabo, Amancio y Majibacoa, que en alianzas con el Gobierno y Salud Pública garantizan recursos a las personas más vulnerables.
«A pesar de desempeñarme en casi todos los frentes, nunca he experimentado el temor, creo que la etapa más difícil fue la vivida en el enfrentamiento a la Covid-19. En los 10 años de trabajo en la Cruz Roja me marcó una experiencia de búsqueda, contacto y restablecimiento familiar en uno de los casos asistidos, una hija que buscaba a su papá, un proceso que duró un largo tiempo.
«Hicimos todo cuanto estuvo al alcance y cumplimos el objetivo, pudieron reencontrarse, recuerdo que al venir a Cuba fueron a nuestro encuentro muy agradecidos.
«El trabajo de la Cruz Roja es arduo, requiere tiempo y el apoyo familiar. Afortunadamente mi familia me apoya bastante y realmente es de gran ayuda. Reconocen los sacrificios y el esfuerzo, entienden la profesionalidad que requiere pertenecer a la organización. Lo esencial es el orgullo porque trabajo en la Cruz Roja, con toda la responsabilidad que implica».
La Cruz Roja para Yaditzi es más que un trabajo profesional, es amor, humanidad, entrega y voluntariado. «Es una labor que necesita mucho tiempo de calidad y capacitación, continuamente se actualiza el conocimiento lo que se hacía cuando empecé ahora tiene otra dimensión con todos nuestros voluntarios, quienes dan muestras de solidaridad y sobre todo porque están presentes».
Yaditzi sueña con un local propio para la Cruz Roja en la provincia mientras en lo personal el anhelo se aferra al crecimiento en la organización, en apreciar nuevas muestras de altruismo en acciones comunitarias y salubristas ante fenómenos naturales, pues contar con una mano en tiempos difíciles puede marcar una nueva oportunidad.
Hace 116 años fue el insigne médico Diego Tamayo y Figueredo quien fundó la Sociedad Cubana de la Cruz Roja, bajo el precepto de servir al bienestar del hombre y la comunidad inspirados en los principios de humanidad y carácter voluntario.
A nivel global cada ocho de mayo se reconoce el impacto del movimiento mundial, colaborador de estados y pueblos en su labor humanitaria de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, inspirado por el empresario suizo Henry Dunant.
/lrc/
Comente con nosotros en la página de Facebook y síganos en Twitter y Youtube