Las Tunas.- La Inmunología tiene una interrelación con varias especialidades médicas, así detalla el doctor en Ciencias de la Educación e investigador auxiliar Orlando Rafael Serrano Barrera, un galeno que abraza a la provincia de Las Tunas, desde hace 20 años y que se dedica a la Inmunología, una profesión que marcó su interés desde los estudios preuniversitarios.
«Yo soy de la provincia de Holguín y mi primer contacto con la Inmunología fue en el instituto preuniversitario de ciencias exactas Floro Pérez, en Santiago de Cuba, que tenía un programa especial de formación y se impartía esta asignatura. Esa fue la primera vez que los profesores despertaron mi atención hacia esa rama.
«También participaba en encuentros de conocimientos de mi especialidad: la Biología. Nos facilitaban materiales como una revista del Ministerio de Educación que recopilaba artículos de los principales avances científicos, entre los cuales encontré uno sobre anticuerpos monoclonales, un producto que se obtiene a partir del estudio de la Inmunología que marcó mucho más mi interés», detalla.
«Luego comencé los estudios de Medicina y tuve la oportunidad de integrarme a un grupo de investigación dirigido hacia el perfil y, precisamente, a la obtención de anticuerpos monoclonales. En esta iniciativa comenzaron a admitir estudiantes, por lo que trabajé durante toda la carrera integrado a diversas investigaciones», significa en el diálogo este profesional.
Cuenta Serrano Barrera que ese grupo de investigación, que evolucionó hacia un Centro de Investigación y Producción de la oriental provincia, se dedicó a la producción de anticuerpos reactivos para el diagnóstico inmunológico de enfermedades humanas, y eso, definitivamente, decidió que su vocación y futuro estarían dedicados a la Inmunología.
«Cuando terminé la carrera me dieron la posibilidad de hacer la especialidad. Realicé los estudios en La Habana, luego regresé a Santiago y me incorporé a ese Centro de Investigación y Producción, aprendiendo y haciendo de todo un poco hasta que en el año 2005 me mudé para Las Tunas, y desde hace 20 años vivo aquí», detalla este incansable investigador que defiende la ciencia desde los pequeños aportes.
«Inicialmente trabajé en la Universidad de Ciencias Médicas como docente de la asignatura de Inmunología, también estuve un tiempo en el Centro Provincial de Genética, vinculado a las investigaciones relacionadas con esa especialidad. Luego retorné a la universidad y desde el año 2013 estoy en el Hospital Provincial General Docente Ernesto Guevara de la Serna, primero como responsable del Departamento de docencia y en el Consejo Científico», acotó.
Actualmente es fácil encontrar al doctor Serrano en el Departamento de Inmunología, es el único hombre en un colectivo liderado por féminas y, desde su labor diaria, mantiene varios intereses de investigación.
«Siempre me he interesado por las relaciones de la medicina genómica y de precisión y la respuesta inmune, en cuanto al uso de herramientas bioinformáticas, para la modelación de la respuesta inmune, que permite predecir cuál será la respuesta del sistema inmune humano a una vacuna, un virus, una bacteria o un patógeno en particular.
«La otra está vinculada a la historia de la Inmunología en Cuba y Las Tunas desde 1804 hasta el período revolucionario, que me ha permitido apreciar los hitos marcados por el desarrollo de la especialidad en la medicina en Cuba, incluso con resultados interesantes a nivel mundial. También he reunido información de la Inmunología cubana tras el triunfo de la Revolución con relevancia mundial».
El doctor Serrano Barrera significa que tiene ambiciones esenciales, todas signadas en el afán de brindar un óptimo servicio a los pacientes y llegar a un diagnóstico para que el tratamiento sea el más adecuado.
«Me complace contribuir a la mejoría no solo en el sentido propiamente médico, clínico, biológico, sino de bienestar, porque hay una relación directa entre la percepción del estado de bienestar y el estado inmunitario. En la medida de lo posible ser mejor profesional y superarme para dar una atención superior y por otra parte avanzar en investigaciones que me interesan y pueda aportar.
«Por último lo que aprendo trato de transmitirlo en el pregrado o el posgrado, para que las generaciones que nos suceden sean mejores; ahí radica nuestra responsabilidad, formarlos con herramientas y aspiraciones mayores», expresa este galeno que tiene la Pedagogía como otras de sus grandezas para irradiar entrega al servicio, una máxima que implica sacrificios, horas de desvelos y empatía, como sello de humanidad.
Comenta que en la especialidad se trabaja de forma unida; realizan interconsultas, valoran la opinión de compañeros y de aquellos con más experiencias ante los casos complejos. «Contamos con la posibilidad, afortunadamente, de que el sistema de Salud es de acceso universal y podemos remitir casos al nivel terciario al contar con el Instituto de Hematología e Inmunología de Cuba.
«Siempre hemos tenido las puertas abiertas para el máximo desarrollo profesional y tecnológico, pues el país forma parte de proyectos internacionales en el área de inmunodeficiencia, incluso logramos enviar muestras y remitir pacientes para precisar su diagnóstico y tratamiento», agregó este profesional de la medicina que bien conoce la importancia de su profesión.
La Inmunología, liderada desde la ciencia
Imprescindible resorte para un profesional de las Ciencias Médicas es la vocación de servicio, llamada a transformar el intelecto con el fin de buscar alternativas priorizando la atención de calidad desde el Departamento de Inmunología.
«Este es un departamento con 30 años de fundado, todas mujeres, o sea que la Inmunología en la provincia está bien empoderada desde el punto de vista femenino y posee la capacidad de mantener un trabajo sostenido y muy reconocido, incluso a nivel nacional, sosteniendo los servicios de diagnóstico en Las Tunas.
«La especialidad tiene profesionales prestigiosas, entre ellas la fundadora del servicio la doctora María Bello, también las profesionales Olga Lina Pupo y Ennelys Reyes, esta última rectora de la universidad médica; todas han aportado mediante proyectos de investigación al diagnóstico inmunológico y la asistencia en el laboratorio.
«Aquí se buscan alternativas, porque es una especialidad muy cara que requiere de reactivos en su mayoría importados y de alta tecnología, se estudian las enfermedades que afectan al sistema inmune y patologías de otras especialidades que tienen participación inmunológica.
«Como colectivo nos identifican dos líneas de investigación: el diagnóstico y la atención a los pacientes con inmunodeficiencias primarias (enfermedades raras), que es la razón de ser de la especialidad, para mantener una supervivencia prolongada de los pacientes a pesar de su condición inmune comprometida.

«En el diagnóstico inmunológico, sobre todo de enfermedades autoinmunes, se logra un alto reconocimiento, pues se brinda servicio a otras provincias del oriente cubano e, incluso, a territorios del occidente mediante la valoración de muestras o la remisión de pacientes para su diagnóstico por la calidad que se garantiza en el servicio».
Al valorar a un inmunólogo resalta que «lo caracteriza la atención y la ayuda al paciente, brindar el mejor servicio posible en cada jornada, algunas veces con soluciones rápidas otras en condiciones difíciles, muy autóctonas, pero con el compromiso de contribuir a una mejor calidad de vida».
Las mejoras introducidas en el diagnóstico inmunológico y la aplicación de avanzados protocolos signan los avances de esta especialidad que este 29 de abril celebra desde Las Tunas su día mundial, una jornada para agradecer a quienes, como el doctor Serrano Barrera, fusionan talento y perseverancia.
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