Las Tunas.- Recogida en el Decreto Ley 109 de la Gaceta Oficial de Cuba se consolida el derecho a recibir cuidados y el reconocimiento social de quienes asumen esa responsabilidad dejando a un lado su labor para acogerse al cuidado de sus progenitores, un valor social y familiar.
Situar una vez más el bienestar de las personas entre los principios contemplados en la Constitución de la República y el Código de las Familias, es una realidad que hoy vivencian diferentes personas y que tributan a una cultura de cuidados responsables de la familia, como Mercedes Antonia Guevara Osorio, una profesional que hoy dedica sus días al cuidado de la familia.
«Es una situación difícil para cualquier persona que se mantiene en edad laboral, desde los 17 años empecé como dirigente, primero en la Federación de Mujeres Cubanas, después en la Unión de Jóvenes Comunista, luego en la Región Militar y después como directora en Planificación Física, que es cuando dejo mi trabajo para consagrarme a mis padres».
Con voz entrecortada Mercedes comenta algunas de sus experiencias cuando por esa época se proyectaba en el territorio la construcción de los primeros parques fotovoltaicos durante el 2012, en el municipio de Jesús Menéndez, un período que demandaba de ella esfuerzo y dedicación.
«Fue una época difícil y muy intensa, porque cuando tú eres cuadro estás en una reunión de trabajo y la mente la tienes en tu casa porque tus padres tienen una edad avanzada y con serios problemas de enfermedad, no encuentras la salida muy fácil.
«Mis padres vivían en la provincia de Granma y los trasladamos a los dos para acá pues mi papá, quien hacía 30 años padeció de cáncer de próstata presentaba otra afectación en el colon, y había que darle una mayor atención y dedicación con la medicina alternativa, las visitas sistemáticas al hospital para su seguimiento, fueron momentos muy duros para mi corta familia.
«Luego llegó la Covid y mi mamá, quien había tenido una fractura de cadera, sufrió una isquemia cerebral y agradezco a Dios que sobrevivió quedó semiencamada. Así cambió toda mi vida, de un cuadro profesional de las inversiones de esta provincia a cuidadora, tuve que optar por atender a mis padres».
Refiere Mercedes que las personas con capacidades para trabajar se adaptan a las rutinas y el estrés laboral pero nunca a pensar que en edad activa para lo que estudiaste y te preparaste varios años debes dejarlo a un lado.
«Es duro y no me arrepiento porque son mis padres, pero el corazón se te aprieta cuando sabes que puedes aportar por tus conocimientos. Somos una familia muy pequeña de un matrimonio con cuatro hijos, de esos la primogénita tuvo su primer cáncer a la edad de 15 años fue operada y a partir del 2012 vivió otra lucha que la privó de unas de sus mamas y así ella cada quince días viene a ayudarme a cuidar a nuestros padres.
«Tengo otro hermano que es el más pequeño también transitó hace nueve años con un tumor en el rostro y no se podía operar. Hubo que darle quimioterapia en Holguín y ahí está junto a nosotros luchando contra estas enfermedades que se han ensañado con nuestra familia», cuenta brevemente mientras peina en la sala de la casa a su querida niñita como le dice a su mamá.
Mercedes conversa con sus padres y le cuenta historias con voz muy cálida, esta fémina sabe imponerse a toda dificultad con un alto valor de humanismo, más allá de los problemas cotidianos mientras adelanta todo los sienta en la pequeña salita de la casa para adelantar la comida.
«Al principio tuve que visitar a un profesional de la Psicología, un proceso largo para asimilar todo lo que estaba pasando, yo misma me daba ánimo porque tenía que cuidar a mis padres, todos nos planificamos las actividades mi hermanito y mi hermana que está en Granma para que ellos no se vieran nunca solos.
«Resultó difícil dejar mi trabajo, porque cuando tú llevas muchos años trabajando y sabes que eres importante en esas funciones, es como que el mundo se te cae encima, nunca nos preparamos ante todo lo que conlleva el envejecimiento y más cuando se asocia a enfermedades oncológicas, pero me reconforta que hago lo que humanamente podemos hacer para ellos, un valor que te fortalece porque es la familia.
El 23,39 por ciento de la población dispensarizada de Las Tunas supera los 60 años de edad, y el departamento de Adulto Mayor, en la Dirección General de Salud en la provincia, ofrece la posibilidad de escuelas de cuidadores en las 14 áreas de salud.
Atender el envejecimiento demanda dignificar cada vez más el quehacer de cuidadores, pues se estima que para 2030 el 30 por ciento de la población cubana alcance esta edad, ante la cual desde el sector de la Salud Pública se implementan diferentes políticas como la Asistencia Social ante casos vulnerables y quienes también viven solos.
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