Alexander González Ramos es un productor de alimentos que pasa la mayor parte del tiempo en el campo, y desde las 4:00 de la mañana, todos los días del mundo, se empeña en producir leche y carne y el tomate, como el producto líder de sus hortalizas, para la venta al Estado.
«Nosotros tenemos un principio que la agricultura es de sistematicidad. Esa es la esencia. Y nosotros de primero de enero a 31 de diciembre 4:00 de la madrugada. Sin pensar en domingo. Nosotros todos los días es de madrugada porque nosotros trabajamos por el reloj biológico. Y entonces eso lo que hacemos, aprovechar bien las horas del día y la fresca como decimos los campesinos, y ahí está creo que una de las esencias de los resultados», señala.
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La finca diversificada de Alexander tiene 15 hectáreas, de las cuales tres y media las dedica a los cultivos varios y el resto a la cría de ganado mayor y menor y cerdos. Con el uso eficiente del suelo y el intercalamiento de los cultivos como medios biológicos y la garantía de forraje para los animales las cosechas son notables.
«Nosotros fundamentalmente nos dedicamos a la hortaliza. El tomate es el producto líder en nuestra finca. Nosotros este año netamente a la industria le aportamos más de 15 toneladas de tomate. También comercializamos con educación de forma directa y con salud y en la feria de los sábados en nuestro municipio también vendemos directamente a la población».
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Pero Alexander, junto a su familia y los pocos trabajadores con que cuenta, no solo se dedica a la producción, sino que se empeña en producir semillas para otros campesinos del municipio de Colombia, donde es un líder entre todos los productores, que lo tienen como ejemplo de consagración y entrega a lo que hace, en beneficio del pueblo.
Al cierre de octubre Alexander cumplía el plan de leche del año al 218 por ciento, y no es una cuestión de magia, según sus propias opiniones, y ese logro se debe en lo fundamental a un trabajo sostenido en la genética de las reses, lo que permite muy buenos rendimientos, porque además la atención al ganado es constante, mantienen el forraje todo el año y su finca está preparada para las diferentes etapas, aun en medio de las dificultades.
Y es por todo esto que Alexander González Ramos sobrepase las fronteras de su municipio de Colombia para erigirse como un patrón a seguir en todo el territorio de la provincia, que tiene en este ingeniero mecánico a un campesino de pura cepa, ganadero de los buenos por demás.
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