Puerto Padre, Las Tunas.- Llegan desde comunidades rurales, cargados de emociones, confían en que les aguardan sorpresas. Niñas y niños de escuelas rurales, junto a guías, disfrutan en Puerto Padre de una villa de verano, acondicionada en la institución educativa Casita Azucarada.
Transcurre la tercera rotación, ellas y ellos provienen de varios poblados de Santa María y también de Santa Bárbara.
Para muchos es la primera vez que salen solos de casa y aunque extrañan se sienten a gusto, ya tienen nuevos amigos y disfrutan de actividades, además de visitar museos y otros sitios de interés, la playa, deviene en el atractivo mayor.
El colectivo del Palacio de Pioneros Camilo Cienfuegos Gorriarán se encarga de arroparlos. Yoania Martínez, directora de la instalación corrobora el esfuerzo por propiciar días inolvidables a los mejores alumnos de escuelas rurales.
La villa de verano en Casita Azucarada distingue por las atenciones, perfectibles, en el afán de la excelencia, por las sorpresas que atrapan a una infancia ávida de nuevos saberes y por el colectivo, cada vez más cercano a los niños.
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