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Distribución de alimentos en pandemia: prueba de fuego para la informatización

En tiempos donde la movilidad es reducida al máximo el comercio electrónico puede ser parte de la solución a los problemas de abastecimiento 

Las Tunas.- La decisión de reducir considerablemente la movilidad en la zona urbana de Las Tunas significó para muchos un alivio, porque en estas circunstancias, con cifras cercanas a los 500 casos positivos de Covid-19 al día, otras soluciones menos radicales no darían al traste con la enfermedad ni con las muertes asociadas a ella.

Pero esta medida generó y aún lo hace una gran preocupación en el pueblo tunero, especialmente en lo referente a la alimentación. De qué manera podría la gente abastecerse desde sus casas, si aun saliendo a “lucharla” es complicado.

En esta encrucijada, la informatización de la sociedad y la sagacidad de algunos productores emprendedores podrían tener la respuesta, al menos una parte sustancial. Manos a la obra y obra a las manos dijeron una vez más los chicos de Mercazona y de Mercasa.

En el contexto de las nuevas medidas de reducción de movilidad en el territorio la demanda de los productos de Mercasa a través de la aplicación Mercazona ha ido “in crescendo”. Desde el 23 de agosto más de 600 nuevos usuarios se registraron en la plataforma que, en cifras generales, pica ya los 36 mil usuarios, así lo confirmó Carlos Zayas Riverón, Jefe de Marketing y Diseño de la app.

Pero aún con Mercazona trabajando a plena capacidad, una parte de la mercancía quizás no llegaría a su destino si no se tomaban medidas urgentes.

“La necesidad obliga”, asegura Argel Frank Fundora, productor y líder de Mercasa y añade que este emprendimiento ha debido replantearse con el paso del tiempo su forma de comercialización. “A raíz de las medidas de confinamiento nos dimos a la tarea de buscar soluciones para vender, porque tenemos una plantilla de 60 trabajadores, que necesitan un respaldo salarial. Nos pusimos a pensar y a buscar soluciones.

(FOTO/Perfil en Facebook Mercazona)

“A través de las redes sociales solicitamos a la población medios de transporte que permitieran llevar nuestros productos a las viviendas. Nos ha dado resultado, al día completamos entre 300 y 500 entregas, tanto por la vía principal que es Mercazona como por una línea telefónica”.

Vale destacar que la idea de hacer pedidos a través de un número telefónico surgió en la marcha, ante el riesgo de que los productos agrícolas sucumbieran al tiempo y el calor. Así fue como Mercasa, que al decir de su líder y de sus seguidores, está en revolución constante, puso inicialmente en oferta por la vía telefónica combos con un precio de 1000 pesos.

(FOTO/Captura de pantalla por la autora)

Esa retroalimentación constante en las redes sociales les permitió conocer el sentir del pueblo. Los combos  de 1000 pesos podrían resultar inaccesibles para muchos, entonces era necesario regular los precios y modificar las opciones, para que una mayor parte de la familia tunera tuviera acceso a ellos.  Es así como apareció esta opción.

Lo interesante del asunto es que la lluvia de ideas generada desde el espacio virtual ha sido una importante brújula para guiar tanto a Mercasa como a Mercazona en esta experiencia y el pueblo ha seguido paso a paso cada cambio, cada nueva oferta. Solo por poner un ejemplo, si un cliente manifiesta su preocupación al no poder acceder al sitio, con prontitud el equipo que actualiza la plataforma pone a su alcance los pasos a seguir.

Una máquina que se regula en las redes sociales

A raíz del incesante tráfico en la apk Mercazona, de fácil descarga en el sitio apklis, fue necesario solicitar a Etecsa el aumento del ancho de bandas a 2 MB para de esta manera poder operar una mayor cantidad de información y responder de forma eficiente a los pedidos de la familia tunera.

Carlos Zayas Riverón explicó que la Empresa de Telecomunicaciones respondió de forma inmediata, lo cual ha permitido una mayor fluidez tanto de la aplicación como de los sistemas para la administración de los pedidos que van entrando. Cuando esto sucedió los clientes una vez más estuvieron al tanto y en este proceso han tenido que ver también otras personas que desde afuera decidieron “echarle agua al dominó”.

William Sosa Marrero, diseñador de profesión, se ha convertido en una especie de mediador virtual entre el pueblo y mercados como Mercasa y Tunerito.com, que como nunca antes han sentido el rigor de una competencia sana.

“Cuando vi en las redes sociales la emulación entre ellos me encargué de echar leña al fuego, con el objetivo de que buscaran diferentes variantes para llegar a los domicilios y la llama fue prendiendo. A pesar de todo tipo de criterios, creo que se ha logrado bastante por el bien de nuestras comunidades”.

“Así aparecieron los polémicos combos a través de la vía telefónica que aliviaron los pedidos en la plataforma Mercazona; más tarde se mejoró la conexión a través del nauta hogar para una mejor comunicación con los clientes pero nada hubiera sido posible sin esa interrelación con ellos”, dijo Sosa Marrero.

Hay muy buenas ideas emanando de las redes sociales y mucha gente con ganas de aportar. Algunos se brindan para comprar en grandes cantidades en Mercasa, para luego, domicilio por domicilio en su barrio, repartir. Otros manifiestan que a su vecindario no llega nadie a preguntar qué necesitan. El pulso del pueblo está ahora en las redes sociales y tal cual afirma William Sosa, “son un río inagotable de ideas para la solución de problemas por parte de los decisores”.

No hay por qué tenerle miedo a la competencia

Justo como aclara Argel Frank Fundora, no hay por qué tenerle miedo a la competencia, “es válido y cada uno de nosotros intentará hacer lo mejor y todo redundará en un servicio de más calidad para el pueblo, acorde a la propia política del mercado y a lo que necesita el país. Estamos pensando incluso en mejorar los servicios online, para que los clientes paguen a través del Transfermóvil”. Esta última cuestión sigue siendo una tarea pendiente para el comercio electrónico en el territorio pero el ritmo de desarrollo emite señales muy esperanzadoras.

Todo eso ha sucedido en el terreno virtual durante los días de confinamiento. Una batalla campal de los productores y comercializadores por llevar comida al pueblo y claro está, por afianzarse como surtidores eficientes de la mesa familiar tunera.

Ahora bien, la competencia podría ir más allá y extenderse a los precios, para que así la gente pueda escoger los insumos acordes a su bolsillo. Mercazona brinda la posibilidad de seleccionar los productos de interés y calcular, de acuerdo a las necesidades. A lo mejor no me interesan las uvas y sí el plátano o la piña, según eso hago mi pedido.

Queda la opción del teléfono, aunque por este canal, según refiere Argel Fundora, es necesaria más agilidad pues las líneas se saturan y hace falta llegar a una mayor cantidad de clientes en menos tiempo, por ello se brindan combos predeterminados. Por esta vía también está el riesgo de que algunas personas se recreen dando direcciones falsas, son fuerzas y tiempo perdidos. Sucede con Mercasa, pero también con Tunerito.com.

Tras la Tarea Ordenamiento este fue el incremento de las pensiones concedidas por el Régimen General de Seguridad Social. Las superiores a 501 pesos mensuales, recibieron un incremento de 1528 pesos. (Tomado de Granma)

Y si por ejemplo un jubilado, con una pensión mínima de 1528 pesos decide comprar uno de los combos más baratos de 500 pesos, es evidente que quizás la cuenta no le dé. Y esta ya no es responsabilidad de los productores y comercializadores antes mencionados. Hacia este grupo de la población tiene que dirigir su mirada el gobierno, como también a esos que no tienen acceso a internet o a un teléfono fijo.

Las Tunas ha mostrado un ejemplo plausible del avance del comercio electrónico, desde otras provincias los usuarios quedan sorprendidos ante el fenómeno pero para que todo rime también sería factible que otros senderos se abrieran.

“Los precios de los productos en Mercasa son los aprobados por el Comité de Contratación y Concertación de Precios y el Consejo de la Administración. A esos productos se les eleva el servicio de mensajería, que deben de ser atractivos para los que cumplen esta labor si no, los perdemos”, explicó el líder del emprendimiento.

“El 80 porciento de nuestra mercancía viene de otras provincias como Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Ciego de Ávila. Estamos tratando de que los precios no estén tan elevados pero en un territorio como el nuestro, donde las condiciones climatológicas no son óptimas y tampoco el hombre ha sabido ingeniárselas, ha sido difícil lograr altos niveles de producción”.

“Para que bajen los costos tiene que existir superproducción y para ello hay que liberar los precios, deben de ser por acuerdo; eso estimularía la producción, haría que más campesinos se sumen porque la realidad es que aquí en Las Tunas no tenemos grandes producciones capaces de solventar las necesidades de la población. Cada día son menos las personas que quieren trabajar la tierra. Yo pienso que al liberar las fuerzas productivas tendremos mejores resultados”.

Argel Fundora explicó además que un camión con mercancía proveniente de La Habana le cuesta elevadas cifras. No son tres kilos y ese solo es el inicio del proceso, quedaría pagar a sus trabajadores donde se incluyen los mensajeros que se exponen al virus y que, por tanto, necesitan una remuneración a la altura.

¿Qué hubiera pasado en una situación como esta sin la osadía de los chicos de Mercazona, la sagacidad de Argel con su proyecto Mercasa y la rivalidad oportuna del mercado Tunerito.com?

Ya el andamiaje comunicacional y de informatización en el territorio ha dado muestras de la capacidad operativa y de superación. Hay mucha gente talentosa pensando en cómo sacar lo mejor de la tierra, cómo venderlo de la forma más atractiva para posicionarlo en el mercado y llevarlo a los hogares. No es cosa de unos, es cosa de muchos. Ahora, con más razón hay que ponerle asunto a la tierra, levar las anclas que limitan la producción y generar un ambiente de competencia. El pueblo lo necesita.

/nre/

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