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Fidel Castro y la paz del planeta

El líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, es un hombre que luchó por la paz mundial desde que asumió el poder en la mayor de las Antillas el primero de enero de 1959.

Uno de sus grandes méritos lo es sin dudas el que durante toda su vida no solo dedicó sus esfuerzos a la paz de Cuba, porque siempre estuvo atento y ocupado en los peligros que amenazan a la especie humana.

En agosto de 2010, en un mensaje ante el Parlamento cubano, Fidel fue categórico: «…pensé que el peligro inminente de guerra no tenía solución posible. Tan dramático era el cuadro que tenía delante, que no veía otra salida como no fuera una supervivencia, tal vez probable, en la parte de este hemisferio que no tenía motivo para ser blanco de ataque directo y en algunas regiones aisladas del planeta».

Entonces confesó que el ser humano se aferra siempre a una perspectiva por remota que sea, por lo que se percató de que existía una esperanza y muy profunda por cierto, y alertaba: «Mas si la oportunidad se perdía, el desastre adquiría la peor de las consecuencias. La especie humana no tendría entonces salvación posible».

Ante el peligro nuclear por la escalada guerrerista de Estados Unidos en el Medio Oriente, Fidel recalcó que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tendría que tomar la decisión en solitario, y lo llamó a recapitulación:

«Puesto que Irán no cederá un ápice frente a las exigencias de Estados Unidos e Israel, que ya han movilizado varios de los medios de guerra que disponen para hacerlo, tendrían que realizar el ataque tan pronto venza la fecha acordada por el Consejo de Seguridad el 9 de junio del 2010, señalando las normas y los requisitos establecidosۚ».

Pero «todo cuanto el hombre pretende tiene un límite que no puede sobrepasar».

En caso de que Obama ejecutase la orden del anunciado y pregonado ataque contra Irán, Fidel explicaba que «debido al poder, la velocidad y el incontable número de proyectiles nucleares acumulados en una absurda competencia entre las potencias, estaría ordenando la muerte instantánea no solo de cientos de millones de personas, entre ellas, un incalculable número de habitantes de su propia Patria, sino también de los tripulantes de todos los navíos de la flota de Estados Unidos en los mares en torno a Irán. Simultáneamente, la conflagración estallaría en el Cercano y el Lejano Oriente, y en toda Eurasia».

Aun lejos del posible escenario nuclear, el Líder cubano clamaba por la preservación de la especie humana, y confiaba en que el Presidente estadounidense tomara conciencia de que un ataque nuclear en la zona en conflicto sería catastrófico para la humanidad.

Tampoco era en vano su alerta sobre el apoyo de Israel para realizar un ataque contra la nación islámica, aun cuando el resto de los líderes más poderosos del mundo estaban a favor de la paz en ese momento, porque aliados o adversarios, se daban cuenta del peligro que representaba una escalada militar, porque «si la guerra estallara, el orden social vigente desaparecerá abruptamente y el precio sería infinitamente mayor».

Y concluía el Jefe de la Revolución cubana:

«La población del planeta puede ser regulada; los recursos no renovables, preservados; el cambio climático, evitado; el trabajo útil de todos los seres humanos, garantizado; los enfermos, asistidos; los conocimientos esenciales, la cultura y la ciencia al servicio del hombre, asegurados. Los niños, los adolescentes y los jóvenes del mundo no perecerán en ese holocausto nuclear».

Este es solo uno de los infinitos hechos protagonizados por Fidel Castro para preservar la paz en el planeta, una preocupación contante en su vida.

Hoy, no pocas de sus reflexiones están dedicadas al tema, lo que muestra su gran sentido del altruismo, porque, como los grandes hombres, siempre pensaba en el bienestar ajeno, en la paz colectiva.

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Miguel Díaz Nápoles
Miguel Díaz Nápoles
Periodista, fotorreportero, realizador de cine, radio y vídeo, profesor universitario. Master en Ciencias de la Comunicación, Universidad de La Habana. Vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en Las Tunas. Conferencista sobre temas de Comunicación, Periodismo e Internet. Premio Nacional de Periodismo hipermedia 26 de Julio en 2006 y 2007. Ha sido galardonado en varias ocasiones con el Premio Provincial Ricardo Varela Rojas por la obra del año y de Periodismo Ubiquel Arévalo Morales y en otros certámenes del sector. Fue reportero del diario 26. Durante el 2001 le dio cobertura informativa a la labor de los médicos cubanos en Ghana, en el África Subsahariana y sobre sus experiencias escribió el libro Hacia el reino del silencio, publicado en 2008 por la Editorial Pablo de la Torriente Brau, de la Unión de Periodistas de Cuba. En 2000 creó Tiempo21, edición digital de los Servicios Informativos de Radio Victoria. Productor del largometraje Los Cuervos y el cortometraje Homoerectus, de producciones Acoytes-Uneac, Las Tunas. Durante 2016 y 2017 se desempeñó como editor de contenido de la Dirección General de Multimedia en Español, y de las Mesas de Redacción y Asignaciones del canal multiestatal TeleSur, en su sede central de Caracas, Venezuela.

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