Naciones Unidas.- Las afectaciones que causa el bloqueo estadounidense contra Cuba -cuya aplicación se recrudece hoy- resultan tema recurrente durante todo el año en reuniones y eventos de alto nivel en la sede de la ONU en Nueva York.
Además, obstruye el trabajo diario de los diplomáticos de la isla en el organismo multilateral, al imponerles restricciones de diversos tipos.
Por ejemplo, el bloqueo obstaculiza el pago de las contribuciones financieras de Cuba en la ONU y le impide cumplir oportunamente sus compromisos monetarios con diferentes organismos y convenios internacionales.
Luego de los acercamientos impulsados en los últimos años de la administración de Barack Obama, los nexos Washington-La Habana sufrieron un retroceso desde el arribo al poder de Donald Trump, como ha señalado en reiteradas ocasiones la embajadora cubana ante la ONU, Anayansi Rodríguez.
En la más reciente reunión con la comunidad de la Isla residente en Estados Unidos, la diplomática se refirió a que tal política no cuenta con el apoyo de la mayoría de los cubanos que viven en la nación norteña.
Solo sectores minoritarios de la emigración -interesados en mantener un ambiente de confrontación- respaldan ese mecanismo hostil, apuntó en el evento realizado en mayo.
Asimismo, expresó agradecimiento por las innumerables muestras de solidaridad en las acciones por el fin del bloqueo norteamericano impuesto desde hace casi seis décadas.
Este cerco económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos -y condenado por abrumadora mayoría durante 26 años consecutivos en la Asamblea General- ha sido reforzado por la administración Trump, coincidió el ministro consejero de la embajada de Cuba, Jorge Alberto Ferrer.
Durante el Foro sobre Cooperación para el Desarrollo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (Ecosoc), efectuado en abril, el diplomático destacó cómo tal mecanismo afecta el desarrollo sostenible del pueblo cubano y debe ser levantado sin más dilación y de manera incondicional.
En la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que sesionó en marzo de este año, la representación de la isla aseguró que el bloqueo constituye una forma de violencia directa e indirecta que impacta y entorpece el disfrute de los derechos fundamentales de las cubanas.
También en marzo, con motivo del lanzamiento del Decenio Internacional para la Acción «El agua para el desarrollo sostenibl» (2018-2028), la embajadora cubana Anayansi Rodríguez explicó cómo el bloqueo económico, comercial y financiero ha traído importantes limitaciones y obstáculos en el acceso a nuevas tecnologías y productos de la industria del agua y sus beneficios.
Otro sensible sector en el cual se dejan sentir los efectos del bloqueo norteamericano es el de la salud, así se demostró en una sesión de la Asamblea General en abril, que abordó la respuesta mundial al VIH-Sida.
Si bien Cuba pone en evidencia que la voluntad gubernamental puede incidir de manera positiva en la prevención y en proporcionar una vida digna a las personas con VIH o SIDA, el bloqueo ocasiona grandes carencias materiales para afrontar el tratamiento, señaló la embajadora del país caribeño.
El 24 de agosto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba publicó el informe anual sobre los daños sufridos en ese territorio debido al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.
Según el documento, que cubre el período comprendido de abril de 2017 a marzo de 2018, en el lapso analizado causó pérdidas a Cuba calculadas en unos cuatro mil 321 millones 200 mil dólares.
El informe, que respalda un proyecto de resolución propuesto por Cuba a la Asamblea General de la ONU, incluye acápites sobre afectaciones en los sectores de mayor impacto social.
Tal es el caso de la alimentación, la salud y la educación, al derecho al desarrollo, a los daños en el comercio exterior y las finanzas.
Para Cuba, el cerco estadounidense constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo el pueblo y califica como acto de genocidio, a tenor de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948.
El venidero 31 de octubre, la Asamblea General votará por vigesimoséptimo año consecutivo un proyecto de resolución que reclama el cese del bloqueo estadounidense contra Cuba.
Desde 1992, la iniciativa ha tenido un respaldo mayoritario en el principal órgano deliberativo de las Naciones Unidas.
En las tres últimas ocasiones, 191 de los 193 estados miembros de la ONU apoyaron el proyecto. La votación de 2017 solo registró la oposición de Estados Unidos e Israel. (Ibis Frade Brito /PL)