La Habana.- Los cubanos recuerdan hoy el 61 Aniversario del Asalto al Palacio Presidencial, la toma de la emisora Radio Reloj y la muerte del líder estudiantil José Antonio Echeverría.
Esas acciones armadas fueron protagonizadas por jóvenes del Directorio Revolucionario, brazo armado de la Federación Estudiantil Universitaria.
Los asaltantes tenían el propósito de desconcertar al régimen con el ajusticiamiento del dictador, Fulgencio Batista.
Luego se entregarían las armas de la guarnición del Palacio al pueblo, el cual sería convocado por medio de la emisora Radio Reloj y así, tomar otros puntos de la ciudad como el Cuartel Maestre de la Policía para ocupar su fuerte arsenal.
De acuerdo con apuntes históricos, parte de la misión era asaltar otras estaciones policíacas y cuarteles hasta dominar la capital.
El Directorio Revolucionario se propuso realizar una acción que decapitara a la tiranía de Batista, que mantenía ensangrentado al país.
El secretario general de esa agrupación, José Antonio Echeverría, organizó la acción, que seguía la estrategia de ‘golpear arriba’.
Mediante este ataque en la ciudad, los jóvenes cooperaban con los guerrilleros que combatían en la Sierra Maestra, en el oriente cubano, comandados por el líder de la Revolución, Fidel Castro.
Los 50 jóvenes que entraron al antiguo Palacio Presidencial tenían diferentes misiones, los que subieron al segundo piso buscaron al dictador, pero este huyó por una escalera interna, anexa a su oficina.
Según diversas fuentes, los combates dentro del palacio fueron violentos y muchos asaltantes murieron, y a otros se les agotaron las municiones.
Se decide retroceder, para pedir refuerzos y continuar posteriormente el ataque, pero la operación de apoyo no funcionó.
Tras la toma de la emisora Radio Reloj, José Antonio Echeverría se dirigió a la Universidad de La Habana.
El automóvil que viajaba resultó interceptado por un vehículo policiaco a un costado del recinto universitario y el líder estudiantil murió ametrallado con sólo 24 años de edad.
Fidel Castro describió el asalto al Palacio Presidencial como «una operación bien organizada, un acto de extraordinaria audacia y valentía, en el que también hubo fallos e imponderables».
A pesar de no haber logrado su objetivo, la acción del 13 de marzo de 1957 tiene una gran importancia histórica, pues conmocionó la conciencia popular y acrecentó el repudio al régimen tiránico de Batista. (PL)
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