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Milena López y las semillas del orgullo

Las Tunas.- La conozco. Sé de sus desvelos. De su especie de «corrígete, Milena» cuando los libros llevan días en reposo, sin el típico manoseo, o el celular- que en estos tiempos «digitales» es también una poderosa herramienta de trabajo y estudio. Sé, además, de su dulzura y de la convicción de que los conocimientos no valen de mucho si no se hacen acompañar del sentimiento humano hacia quien lo necesita.

Desde que los estudiantes de medicina iniciaron la pesquisa en las comunidades, la veo salir, cada día, a dar su aporte en esta cruzada por la salud colectiva. Milena López Pérez, despierta temprano en las mañanas, el deber con su futura profesión la convoca. Luego emprende el camino hacia la zona próxima al Parque 26 de Julio de esta ciudad; en el consultorio No. 6 perteneciente al área de salud del policlínico Aquiles Espinosa, es una entre los tantos que ponen su empeño en mantener bien lejos al nuevo coronavirus. En casa, es parte de los motivos para sentir orgullo y para confiar en que las grandes obras se dan con la naturalidad de los actos cotidianos.

Con una sonrisa llega a cada vivienda, porque esta muchacha sabe que la alegría también es remedio salvador, alivio ante las tensiones. Indaga por los síntomas: «¿Alguien con dolor de garganta, de cabeza, rinorrea, secreción u obstrucción nasal, cansancio o tos»?; también aconseja, recomienda.

«Lo más importante es tratar de evitar y prevenir la enfermedad por eso por mejor es que nos quedemos en casa y que tomemos todas las medidas pertinentes: lavarnos las manos, usar nasobuco, el aislamiento y así…hasta que esto pase. Ya después podremos besarnos, abrazarnos, visitarnos y todo será mejor».

Los vecinos ya la conocen y según refiere la reciben «con mucha gratificación»; una sonrisa de vuelta y un halago al trabajo que desarrollan estos jóvenes son las mejores prendas para quien valora esta como su primera misión.

«No estamos en el aula, pero seguimos preparándonos y nos han orientado en la Universidad todos los temas que debemos estudiar para cuando reinicie el curso escolar. Por ejemplo, ahora estudio neonatología que fue la última rotación donde estuve, como parte de los estudios de pediatría, antes que surgiera la afectación por la Covid-19».

Cursa el cuarto año de la carrera, planifica su futuro profesional y, en estos días, extraña el calor de su casa. Allá, en el municipio de Colombia, está su familia, la de sangre; aquí, en la capital provincial, la otra estirpe nacida de los afectos, del amor. En estos días ha de haber crecido, experiencias como esta siempre elevan la estatura y también permiten calcular otras dimensiones, a veces poco valoradas.

«He podido apreciar la preparación que debe tener un país ante algo excepcional como esta enfermedad que no se conocía. Por eso es importante que la población busque la información certera a través de fuentes con base científica y no rumores como en algunas ocasiones vemos en la Internet. Me ha permitido también ver la preparación que debe tener una nación; como Cuba, por ejemplo, toda la labor que ha hecho con estas pesquisas, ha tocado bien de cerca a la población. Eso demuestra que lo más importante no es una economía grande, sino la organización que debe tener un país como el nuestro, pequeño, pero que a pesar de los pocos recursos ha llegado a la población y hoy por hoy vemos resultados satisfactorios».

Dice Milena que a la carrera no llegó por azar sino por elección, que hay que esforzarse mucho, que la especialidad de cirugía es la que más compleja le ha resultado, que le gusta la pediatría y que sí, «te gratificas mucho cuando ves a un paciente con una sonrisa en su rostro». Mientras habla carga en su mochila, parte de esas recompensas de estos días:

Estimados padres, por esta vía queremos hacerles llegar un RECONOCIMIENTO por la labor extraordinaria que su hijo(a) está desarrollando en esta etapa tan importante, difícil y compleja que vive el pueblo cubano por la propagación de la COVID-19.

Como estudiante impresiona verlo en su desempeño diario, con la responsabilidad que los caracteriza.

Para ellos no hay cansancios ni olvidos, simplemente asisten a la población que necesita de sus servicios con las más ética de las actuaciones.

Así reza la misiva que la dirección de la Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas, a nombre de la Dirección Provincial de Salud, del claustro de profesores, envía a los padres de quienes escogieron «una de las más dignas profesiones».        

Con seguridad, todos en la familia sienten orgullo de su retoño. Para salvar, para curar, aliviar y hasta para acompañar en el tránsito hacia otra vida- si es que esta verdaderamente existe- hace falta conocimiento y más aún, voluntad, sentimiento y vocación para servir al prójimo. En Cuba se sabe y se practica. ¡Qué bueno que sembramos esa semilla!

/mdn/

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