Las Tunas.- La ausencia de brotes de la Peste Porcina Clásica (PPC) en la provincia de Las Tunas es un logro de los especialistas del Departamento de Sanidad Animal de la Delegación de la Agricultura, mediante un programa de control permanente para evitar esa enfermedad, con una alta letalidad.
El programa se sustenta en la vacunación de la masa contra el también llamado cólera porcino, y el mantenido control y revisión de todos los animales en los ocho municipios de la provincia, que son chequeados ante el más mínimo síntoma de alguna enfermedad, para descartar la peligrosa afección.
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Ricardo Núñez Pérez, especialista del Departamento de Sanidad Animal de la Delegación de la Agricultura en el territorio, dijo que las llamadas enfermedades rojas del cerdo son muy peligrosas, y por eso se inmunizan las crías de la Empresa Porcina, el resto del sector estatal, cooperativo y privado, y se realizan visitas sistemáticas a los centros y lugares de crianza.
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La PPS es autóctona en el país y para ella existe una vacuna creada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, pero no hay ningún medicamento que inmunice contra la Fiebre Porcina Africana (PPA), la más peligrosa. Actualmente se encuentra en un gran número de países del África subsahariana, la isla de Cerdeña, en Italia, países del Cáucaso y la Federación Rusa, aunque la región de las Américas está libre de la enfermedad por el momento.
[penci_blockquote style=»style-3″ align=»none» author=»»]La tasa de mortalidad puede alcanzar al ciento por ciento de los animales contagiados y es una dolencia inscrita en el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal.[/penci_blockquote]
Esa fiebre puede llegar al país en carnes de cerdo importadas y otros productos; razón por la cual se realiz todo el análisis del peligro, con vigilancia constante en los puertos, marinas y aeropuertos, las principales vías de entrada, en el sistema comercial y en los bultos acompañantes de pasajeros que arriban de regiones de riesgo.
Cuba ha sufrido en dos ocasiones los daños de la Peste Porcina Africana. En 1971 se registraron los primeros animales enfermos en el municipio de Boyeros, en La Habana, y se extendió a otros lugares, y hubo que sacrificar a medio millón de cerdos para su control.
En 1979 reapareció en los alrededores del poblado de Caimanera, Guantánamo, y se sacrificaron 296 mil 537 animales. Las pérdidas ocasionadas ascendieron a unos 50 millones de dólares y ambos eventos fueron consecuencia del bioterrorismo.
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