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En el aniversario 40 de Hablemos de…, un proyecto para noticiar diferente

Radio Victoria, la emisora provincial de Las Tunas, se adentraba en la etapa en que cumpliría 26 años de existencia, la Radio Cubana –Sonido para ver- 57, en medio del jolgorio popular por el aniversario 20 del triunfo de la Revolución, cuando el 10 de enero de 1979 un entusiasta colectivo, ponía en antena la primera emisión de la Revista Informativa y Cultural, Hablemos de… que -entre tantas motivaciones- rendía homenajes al aniversario 50 del asesinato del líder comunista juvenil, Julio Antonio Mella.

La experiencia llegó desde la provincia de Granma, donde para entonces hacía cierto tiempo funcionaba el programa Radar 1590, en Radio Granma de Manzanillo, inspirado, dirigido y conducido por el periodista uruguayo, radicado en Cuba, Jorge Ibarra Zabaleta, excelente radialista que dejó en las filas periodísticas de Cuba profundas huella profesionales.

Hacia 1977, Radar encontró eco en CMKX, Radio Bayamo, principal emisora de aquella región oriental, donde pronto comenzó a salir al aire un programa similar, que desde un corte juvenil, desplegaba –como Radar- un recorrido noticioso durante las horas tempranas del amanecer, aún vigentes allí con «Hoy en la noticia», gracias a la laboriosidad y talento del  periodista David Rodríguez y otros realizadores experimentados.

Pronto en aquellas emisoras surgieron otros programas informativos, que tendrían como horarios los denominados «estelares» y se encargaban de hacer resúmenes, sin obviar el sistema de boletines y los noticieros.

Las características específicas de sonoridades musicales, registros de voces equilibradas y bien intencionadas, más los estilos originales de los reporteros y redactores, asociados al quehacer de los realizadores de sonidos en conjunto con el sentido de improvisación de los locutores en rol de conductores y comunicadores, fueron haciendo que poco a poco aquella experiencia de «El Uruguayo» –como le decíamos- se generalizara matizando el lenguaje radiofónico cubano para alcanzar un producto noticioso que comenzó a denominarse «Revista Informativa».

Sin embargo, la experiencia primaria registrada en Cuba, viene del periodista tunero, oriundo del Central Chaparra, Julio Batista Delgado, quien basándose en varias experiencias anteriores, creó en Radio Progreso la Revista «Ayer, hoy y mañana» hacia 1970, etapa en la cual existía –al despuntar el día- el programa «De», de Radio Rebelde.

Ya en 2003, el sistema de radiodifusión cubano, en sus servicios informativos provinciales y locales, comenzó a destacarse por la existencia de –por lo menos -una o dos revistas diarias a parte de sus noticieros y boletines, resúmenes diarios al finalizar el día y revistas de resumen semanales.

Fue «Haciendo Radio», a mediados de 1980, el servicio informativo de este tipo que irradió la radio nacional y hacia julio de 1989, con «A primera hora», se suma Radio Progreso.

«Hablemos de», sustituyó otro servicio informativo que existió anteriormente que se trasmitía de 9 a 10 de la mañana, precisamente con el nombre de «Las Tunas de 9 a 10», dirigido, conducido y prácticamente elaborado por el emblemático locutor holguinero -tunero, Rafael Urbino Santoya, quien contaba con el ferviente apoyo de Francisco Zamora Núñez y el equipo de periodistas, redactores publicitarios del momento.

La idea originaria de «Hablemos de…» era incorporar en el espectro auditivo y sonoro de la madrugada un sistema noticioso y cultural que vinculado a la música con sentido promocional educativo y de cultura popular, llevase a los oyentes las principales noticias del amanecer y comentarios de las más notorias informaciones del día anterior, vinculados con géneros periodísticos de temas importantes.

Sería un diálogo entre dos o tres locutores, que finalmente pudieron ser solamente dos, que preferíamos fuera una mujer y un hombre, lo cual tardó cierto tiempo porque entonces  no había voces femeninas oficialmente en Radio Victoria. Debía ser un diálogo porque «Las Tunas Meridiano 12», revista del mediodía, fue un monólogo y en el anochecer «Las Tunas con la Guardia en alto», un espacio de locución plana de entre las 12 de la media noche y la una de la mañana, para acompañar a los cederistas de guardia..

Para ello era imprescindible –y es aún- el trabajo en vivo de los periodistas, corresponsales,  colaboradores y realizadores,  quienes inmediatamente asumieron la idea con aplomo y entrega.

Aquel día 10 de enero, se reunían en la cabina de locución de los estudios situados en los altos del Cine Teatro Las Tunas, voces y realizadores inolvidables para dejar inaugurado el programa: Jorge Carbonell López, fue el conductor principal, centro de toda la realización del espacio; el ya fallecido, Neydo Arsenio García Betancourt,  el locutor que intercalaba contenidos con los periodistas y realizadores y daba lectura y cobertura a los materiales que llegaban a la mesa de trabajo.

Otras voces que cubrían el segmento de una hora de duración, eran Miguel López Montes y Gerardo Alfonso Reyes, mientras en la realización de sonidos como operador del master laboraba Juan Ortiz Curbeira, quien aportó la grabación de una excelente versión de la pieza «Chiquitica», popularizada entonces por el grupo sueco Abba, y en la edición y montaje, Raúl Ugarte Batista.

Se seleccionaban 4 números musicales, que debía ser de cierto contenido para lograr analiza sus textos y músicas, aspecto este en el cual no se pudo alcanzar totalmente en resultado esperado debido a interpretaciones diversas. También se comentaban conceptos de la cultura en general.

El programa se escribía de madrugada y se grababa antes de las siete, para salir al aire de 8 a 9 de la mañana y de la noche.

El elenco fue cambiando de nombres y también de forma y estructura. A partir de 1981 tomó un rumbo que es el actual y los directores han sido diversas personas.

Es agradable recordar cómo el ambiente de la ciudad de Las Tunas se cubría con la escucha del programa «Hablemos de», en la mayoría de las casas. Prácticamente en toda la ciudad se sintonizaba en los dos horarios, hasta el cierre que despedía a todos con su principal slogan: «Recuerden siempre que los apreciamos de todo corazón».

Reconforta también rememorar el rostro de felicidad de Ubique Arévalo Morales: aquel joven cuya vitalidad se premió muchas veces en su eterno renacimiento, cuando refiriéndose a los propósitos del programa declaraba, «Padre, es verdad que Hablemos de, es  un proyecto para noticiar diferente». (Joel Lachataignerais Popa)

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