Si me preguntaran cuál fue mi mayor impresión este Primero de Mayo en Las Tunas, no dudaría en afirmar que la cantidad de niños eufóricos que desfilaron junto a sus padres o junto a sus compañeros de escuela.
Eso lo pondría incluso por encima de la solidez de la marcha combatiente que protagonizó el pueblo, porque ello es común cada año. Pero en este 2014, los niños dieron una nota de distinción, un toque, que aunque es recurrente, tuvo su singularidad.
Y no hablo solo de los niños estudiantes, hablo de los más pequeños, de quienes no sobrepasan el prescolar o aún no han llegado a ese nivel, y por el contrario, están en los círculos infantiles o en el seno de sus familias.
Ellos son el ejemplo del niño cubano de estos tiempos: alegre, entusiasta, travieso, participativo en las manifestaciones de apoyo a la Revoluciòn junto a sus padres, guías siempre.Los niños de las fotos que publico hoy quizás no sobrepasen los cinco o seis años. El primero portaba un retrato del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro en su mano derecha, y una Bandera cubana en su izquierda, y cuando pasaba frente a la tribuna en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García, gritaba consignas revolucionarias. El segundo, más serio, llevaba con orgullo la Insignia nacional, con su pulóver y gorra rojas, como símbolo de rebeldía.
Por eso no puedo dejar de sentir orgullo por los niños de mi Cuba, y al mismo tiempo, pienso con pesar en los cientos de miles de niños que en el mundo no tienen esa oportunidad, y por el contrario, están sumidos en la miseria, unos, mientras otros tienen que trabajar duramente para buscar el sustento.
Los niños cubanos son algunas de las grandes razones de mi país, porque ellos, como decía José Martí, son la esperanza del mundo, y en Cuba no hay nada más importante que ellos.

Miguel Díaz Nápoles
Periodista, fotorreportero, realizador de cine, radio y vídeo, profesor universitario. Master en Ciencias de la Comunicación, Universidad de La Habana. Vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en Las Tunas. Conferencista sobre temas de Comunicación, Periodismo e Internet. Premio Nacional de Periodismo hipermedia 26 de Julio en 2006 y 2007. Ha sido galardonado en varias ocasiones con el Premio Provincial de Periodismo Ubiquel Arévalo Morales y en otros certámenes del sector. Fue reportero del diario 26. Durante el 2001 le dio cobertura informativa a la labor de los médicos cubanos en Ghana, en el África Subsahariana y sobre sus experiencias escribió el libro Hacia el reino del silencio, publicado en 2008 por la Editorial Pablo de la Torriente Brau, de la Unión de Periodistas de Cuba. En 2000 creó Tiempo21, edición digital de los Servicios Informativos de Radio Victoria. Productor del largometraje Los Cuervos y el cortometraje Homoerectus, de producciones Acoytes-Uneac, Las Tunas. Durante 2016 y 2017 se desempeñó como editor de contenido de la Dirección General de Multimedia en Español, y de las Mesas de Redacción y Asignaciones del canal multiestatal TeleSur, en su sede central de Caracas, Venezuela.